Este miércoles entran en vigor los aranceles ampliados de EE.UU. para los países que considera “peores infractores” por sus barreras a los productos estadounidenses, entre los que se encuentran diecisiete naciones de África subsahariana, cuyas economías, altamente dependientes del comercio estadounidense, se verán castigadas y obligadas a buscar una mayor diversificación.
Los aranceles anunciados el pasado miércoles por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, castigarán especialmente a países del sur de África, como Lesoto, que hará frente a unos aranceles del 50 %, los más elevados, seguido de Madagascar (47 %), Botsuana (37 %) y Angola (32 %).
También se verán castigadas las dos mayores economías de África subsahariana: Sudáfrica y Nigeria, que desde este miércoles harán frente a unas tarifas del 31 % y el 14 %, respectivamente.
Además, los aranceles recíprocos afectarán a Namibia (21 %), Costa de Marfil (21 %), Liberia (21 %), Malaui (18 %), Zimbabue (18 %), Zambia (17 %), Mozambique (16 %), Nigeria (14 %), Chad (13 %), Guinea Ecuatorial (13 %), República Democrática del Congo (11 %) y Camerún (11 %).
Acceso comercial preferente con EE.UU.
Se prevé que los aranceles impacten de manera considerable en las economías africanas, especialmente en aquellas más dependientes del comercio con EE.UU., ya que eliminarán los beneficios del programa de acceso preferencial al mercado estadounidense, conocido como Ley de Oportunidades y Crecimiento Africano (AGOA, en inglés), del que se benefician una treintena de países del continente.
La AGOA, que expirará en septiembre, otorga acceso libre de aranceles a más de 1.800 productos procedentes de países de África subsahariana y ha sido la piedra angular de las relaciones comerciales entre ambas regiones durante los últimos 25 años.
Promulgada por el expresidente Bill Clinton (1993-2001) y renovada por un período de diez años en 2015, esta iniciativa busca impulsar el desarrollo económico y la creación de empleo en el continente africano.
Países más afectados
Muchos de los países con las tarifas más altas son aquellos con las rentas más bajas del mundo, como Madagascar o Lesoto, que se verán obligados a diversificar sus mercados, aunque difícilmente lograrán compensar las previsibles pérdidas derivadas del acceso restringido al mercado estadounidense.
Madagascar, una de las naciones más pobres del mundo con un producto interior bruto (PIB) per cápita de 506 dólares, se enfrentará a un arancel del 47 % sobre los 733 millones de dólares (unos 670 millones de euros) de exportaciones de vainilla, metales y prendas de vestir que realizó a EE.UU. el año pasado, según datos de la Casa Blanca.
Lesoto, por su parte, con un PIB per cápita de 916 dólares, es el país más castigado por la medida anunciada por Trump.
Este pequeño Estado del sur de África exporta diamantes y productos textiles a Estados Unidos, como los vaqueros de las grandes marcas estadounidenses Levi’s y Wrangler, que cuentan con fábricas en su territorio y que contribuyen al abultado déficit comercial entre ambos países.
En 2024, las importaciones estadounidenses desde Lesoto ascendieron a 237,3 millones de dólares (unos 217 millones de euros), mientras que las exportaciones apenas alcanzaron los 2,8 millones (2,5 millones de euros).
Los aranceles afectarán, asimismo, a los dos principales socios comerciales de Estados Unidos en el continente: Sudáfrica y Nigeria.
Sudáfrica exporta principalmente piedras preciosas, productos siderúrgicos y automóviles e importa petróleo, productos eléctricos y aviones; mientras que Nigeria exporta crudo y otros productos petrolíferos e importa sobre todo vehículos y maquinaria.
Reacciones
Muchos países se mantienen cautos y todavía no han respondido a los aranceles impuestos por la Casa Blanca, mientras que otros, como Zimbabue, han adoptado una postura conciliadora al eliminar todas las tasas sobre los productos estadounidenses, con el objetivo de construir una relación “mutuamente beneficiosa”.
Entre las voces más críticas, se encuentra Sudáfrica, cuya Presidencia calificó los aranceles de «punitivos», al considerar que representan un obstáculo para el comercio y la prosperidad compartida.
Aunque el Gobierno sudafricano todavía no ha anunciado una respuesta concreta, el presidente del país, Cyril Ramaphosa, ha afirmado que están evaluando el impacto potencial sobre su economía, y ha recalcado que no actuarán “por despecho” ni movidos por “emociones”.
Aún así, ya ha adelantado que diversificará los destinos de sus exportaciones hacia nuevos mercados, con un enfoque especial en la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), a fin de impulsar una mayor integración y cooperación económica regional.
Los aranceles recíprocos entran en vigor tras la implementación el pasado sábado del arancel universal del 10 %, que impactó a los productos importados de países africanos como Kenia, Etiopía, Ghana, Senegal, Tanzania, Uganda, Gabón, Ruanda y Sierra Leona, entre otros. efe