Familiares y amigos armaron una fiesta al ritmo del género urbano playero, posteriormente llamado reggaetón, en plena sepultura de un adolescente ultimado con crueldad en una calle de la colonia Las Torres, en el extremo sur de Comayagüela.
En medio del luto y dolor, pero bailando playero: así fue como familiares y amigos le dieron el último adiós a Christian Ariel Gálvez Nieto.
A través de TikTok, su tía @paolavallesillo compartió videos en los que mostraba cómo despidieron al jovencito de apenas 16 años, quien fue encontrado muerto el pasado jueves 3 de abril.
En el primero de los clips, al menos cuatro de sus mejores amigos mostraron destreza para bailar al ritmo del “Tra tra” del cantante puertorriqueño Don Chezina.
Los jóvenes, de quienes no se dieron a conocer los nombres, por un momento lloraban, haciendo un homenaje ante el ataúd con el cuerpo de Christian Ariel, quien en vida se ganaba la vida en forma honesta, en el comercio informal, vendiendo chocolates de manera ambulante.

El resto de los familiares, amigos y compañeros aplaudían, grabando y diciendo «hasta pronto». «Hasta el cielo sobrino, beso. Siempre lo llevaremos en nuestros corazones», fue el mensaje acompañado de la canción cristiana ‘Un ángel llora’ de Annette Moreno.
La semana anterior, pobladores confirmaron el hallazgo del cadáver, cerca de esa “frontera de la muerte”, denominada así porque de un lado de Las Torres controla la Mara Salvatrucha (MS-13) y del otro lado en la Flor del Campo “gobierna” el barrio 18. Christian Ariel Gálvez Nieto fue objeto de un trato cruel, debido a que lo maniataron con cables, aparentemente para torturarlo.
Valdez Nieto, residente en el barrio La Hoya, en pleno centro capitalino, pero él se habría desplazado a bordo de autobuses hasta la colonia La Peña por Bajo para visitar a una novia.
La historia de Christian Ariel Gálvez Nieto es parte del triste desenlace de decenas de jovencitos que mueren a diario violentamente en Honduras. Más de 600 niños y jóvenes, algunos de ellos desmembrados, fueron encontrados durante 2024, según el Observatorio de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Los atentados demuestran la ineficacia de la estrategia actual para abordar la violencia contra esta población, alertaron expertos que demandan una mayor inversión en su protección.