Una coalición de fiscales generales de 23 estados de EE.UU. y del Distrito de Columbia demandaron al Gobierno de Donald Trump por recortar «abrupta e ilegalmente» 11.000 millones de dólares a fondos para la salud pública.
De acuerdo con la demanda, presentada en la corte federal para el distrito de Rhode Island, el Departamento de Salud y Recursos Humanos, que dirige Robert F. Kennedy Jr.,envió el pasado 24 de marzo avisos a los departamentos de salud estatales y locales informando sobre el recorte de los fondos sin una notificación previa de que eso ocurriría.
Los fondos asignados por el Congreso que buscan eliminar, como parte de los esfuerzos de la Administración Trump de recortar gastos en el Gobierno, son usados para una amplia gama de necesidades urgentes de salud pública, incluida la identificación, el seguimiento y el tratamiento de enfermedades infecciosas; garantizar el acceso a las vacunas, la prevención del suicidio y la atención de salud mental, además de modernizar la infraestructura, de acuerdo con un comunicado conjunto.
Los fiscales aseguran que si no se restablece la financiación, habrá que disolver y desmantelar programas e iniciativas clave de salud pública en todo el país, miles de trabajadores perderán sus empleos y habrá consecuencias «devastadoras» para las comunidades a través del país.
Con esta acción legal, la coalición busca que el tribunal emita una orden de restricción temporal para mantener y restaurar inmediatamente la financiación de la salud pública «debido al daño irreparable, que las jurisdicciones sanitarias locales sufrirían».
En Nueva York se han cancelado ya más de 400 millones de dólares, incluidos más de 300 millones para el Departamento de Salud del estado, la Oficina de Salud Mental y la de Apoyo a las Adicciones, de acuerdo con la fiscal general, Letitia James.
«La decisión ilegal e irresponsable de la administración Trump de recortar fondos de salud vitales es un ataque al bienestar de millones de estadounidenses”, afirmó James.
El Departamento de Salud también anunció el pasado 27 de marzo que despedirá a 10.000 empleados, que se suman a otros 10.000 que voluntariamente optaron por dejar su trabajo en esta agencia desde que Trump asumió su segundo mandato el pasado 20 enero.
Precisamente, cientos de trabajadores de la Salud, desde puestos de alta dirección a médicos, empezaron a recibir hoy las notificaciones de despido. Se prevé que las destituciones reduzcan el Departamento de Salud a 62.000 empleados. EFE