Ing. René Alfredo Soto Rivera.
Honduras es un país de vocación forestal por naturaleza, es decir, que debido a las condiciones geográficas y climáticas en donde se localiza nuestro territorio nacional, en el istmo centro americano, lugar en donde existen las condiciones climáticas ideales para que Honduras tenga la presencia insistentemente de 63 ecosistemas naturales, en donde predominan los bosques de coníferas y latifoliados y donde los incendios forestales forman parte de estos ecosistemas, es decir, que el fuego elimina las posibilidades que otras especies pudiesen desarrollarse y que no son resistentes al mismo y por esa razón no crecen, “característica que las coníferas han desarrollado en cientos de años, al desarrollar una capa protectora llamada corteza”.
Debo de aclarar que el bosque latifoliado crece por las mismas razones y condiciones climáticas, con la particularidad que los suelos y variables son diferentes, podemos concluir que Honduras tiene un gran potencial natural al contar con bosques que crecen en una forma natural; sin embargo, los monocultivos que existen y que persisten en base a la eliminación de la cobertura boscosa que existía en esas áreas, llámese fincas: de banano, caña, algodón, café, palma africana, y otros, formando el sector agrícola.
“La quema de los bosques es y sigue siendo una práctica en el sector productivo, con el propósito de aumentar las ganancias y territorios; mediante la roza y quema, “esta es quizás una de las peores prácticas agrícolas” no solo por los efectos ambientales producidos como: el aumento de la temperatura, el calor, la pérdida de la microfauna del suelo, la fertilidad del mismo, la disminución de la capacidad de retención del agua. También; las áreas forestales son objeto de la expansión de la ganadería y agricultura migratoria, y son objeto de la quema con varios propósitos, a saber: eliminación de garrapatas, crecimiento de nuevos pastos y “limpieza” de las áreas. El impacto ambiental consiste en la perdida de la biodiversidad, la genética y las posibilidades de identificar las especies que pudieran ser útiles en el área de la medicina y la alimentación.
Uno de los efectos ambientales más perjudiciales es la contaminación de la atmósfera (troposfera) por la gran cantidad de partículas en suspensión que producen enfermedades en las vías respiratorias en las personas, principalmente, los adultos mayores; y otro efecto es la disminución de la visibilidad, a tal grado que, si le agregamos los niveles de concentración del dióxido de carbono (CO2), producto de la quema de los hidrocarburos, tenemos un verdadero problema ambiental.
Hay que agregar, que en el caso de las ciudades más pobladas como: la ciudad capital y San Pedro Sula, debido al uso de los aires acondicionados, vehículos automotores, fábricas y quemas urbanas, éstas aceleran y aumentan la pérdida de la visibilidad, también, generan una especie de aumento de temperatura a nivel local, creando situaciones ambientales que pueden cambiar la salud y el comportamiento de las personas.
“La quema de las áreas forestales no solamente ocurre en el interior del país”, también, se presenta en las áreas urbanas, en la periferia con varios propósitos, cuales son: aumento de las áreas de construcción y el gran pretexto para cortar los árboles que han sido objeto de las llamas y convertirlos en leña.
Mientras este escenario avanza, poco a poco, se van construyendo otros escenarios que más tarde nos van a generar problemas, se trata pues, del inicio de la época lluviosa en donde cualquier tormenta que ocurra nos generará la erosión de los suelos y en consecuencia el aumento de los causes en los ríos y quebradas, “no porque llevan más agua, más bien porque llevan más suelo”.
De esta forma, poco apoco no vamos creciendo, más bien vamos a pasos agigantados decreciendo, destruyendo el capital natural que encontramos en nuestro patio y al cual no se le brinda la atención necesaria por aspectos de no contar con el análisis gubernamental correcto del que hacer y cómo convivir en armonía con nuestra naturaleza, lo importante es que aún podemos cambiar estos escenarios con la inclusión de programas formativos en nuestros centros educativos y con las personas correctas y capaces al mando de las instituciones. ¡Honduras es rica por naturaleza… aprovechemos esa ventaja competitiva y heredemos una nación grande, ese debe ser nuestro legado, aun podemos lograrlo!