Corría el año 1989 cuando Mirna Wood fue suspendida del magisterio por enseñar a leer y escribir en su lengua materna a los niños misquitos. Desde entonces, mantiene la lucha por su pueblo frente al saqueo histórico de los recursos naturales por parte, dice, de los gobiernos de turno. En el 2019 asesinaron a sus compañeros de lucha de la organización MASTA y le advirtieron que la siguiente sería ella. Aún así, se mantuvo hasta el 2022 pensando que el nuevo gobierno, por el cual, dicho sea de paso, luchó para que llegara al poder, cambiaría las cosas, pero más bien arreciaron las amenazas en cuanto comenzó a criticar sus primeros desaciertos. Fue entonces cuando decidió emigrar a Nueva York, donde se mantiene activa en las redes sociales denunciando los atropellos a su comunidad natal. En esta entrevista por teléfono, esta especialista en ciencias de la educación describe la cruda realidad de uno de los grupos étnicos más postergados, propone una comunidad autónoma y desmitifica, entre carcajadas, algunos prejuicios ladinos de su cultura. Por aquí comienza la conversación.
–Comencemos por aclarar algunos dichos sobre los misquitos. ¿Embrujan a sus parejas con unas pócimas?
(Suelta una carcajada y un no prolongado) hay mujeres muy bonitas y hombres guapísimos, como en todos los grupos humanos, se enamoran y se casan, también se divorcian, como yo, mi expareja se regresó a Choluteca.
–¿Es cierto que se van a pescar y regresan cargados de cocaína en vez de pescados?
(Otra carcajada), para ser narcotraficante se necesita mucha plata y mucho poder, el pueblo no puede traficar. Al misquito lo han utilizado, lo cargan con una caja y le pagan 20 dólares, los han usado como mulas, los narcotraficantes son los grandes, generales, coroneles, diputados, empresarios y presidentes. En La Mosquitia nunca han encontrado un laboratorio.
–¿Vio, alguna vez, la Ciudad Blanca?
Claro que sí, tenía 12 años cuando la vi sobrevolando en un avión cuando iba al colegio de Brus Laguna con un piloto americano, él me dijo que la quería ver desde hace años que estaba volando, eran como las 6:00 de la mañana, se miraban casas blancas.
–¿Es cierto la “narcocarretera”?
Eso es mentira, nosotros, el pueblo, hicimos 20 kilómetros de carretera para unir a Culmí, faltaban 20 kilómetros para unir La Mosquitia con la zona tawahka y por ahí salir a Olancho en verano, pero hicieron un escándalo, que era financiada por los narcos, cuando los narcos no usan esas carreteras, ellos usan aviones de las Fuerzas Armadas, ya se sabe.
–¿Qué ha sido de los buzos lisiados?
Ganaron una demanda y Juan Orlando Hernández les dio un bono de 300 mil lempiras a cada uno y ahí quedó, son como 50 mil dólares en indemnizaciones, pero el gobierno de Xiomara Castro no ha dado ni un peso. Lo cierto es que ese tipo de pesca solo nos deja la carga social -lisiados, huérfanos y viudas- porque el máximo beneficio se lo llevan las empresas de La Ceiba y Roatán.
–¿Cuánto vale un pasaje a La Mosquitia?
De La Ceiba vale 6,400, ida y regreso, y de Tegucigalpa, el vuelo directo cuesta 9,600, no sé si ya subió. Por carretera y lancha, 2,500.
–¿Hasta dónde llega la carretera?
Hasta Palacio, pero la carretera está intransitable.
–¿Y cuánto es el trayecto en lancha?
Casi seis horas, si agarrra lancha directa, pero puede hacer escala y llegar al otro día.
–¿Hay hoteles para el turismo?
Hay hoteles, pero el transporte es carísimo, la gente se decepciona, la seguridad es buena y los hoteles tienen su infraestructura.
–¿Aprendió a pescar y bucear?
Claro que sí, iba en lancha, me tiraba al mar, solo a nadar, nunca me sumergí con los buzos.
–¿Qué extraña de su pueblo?
Extraño ese mar, sacar el pescado del mar y directo a la olla, me gusta la cocina.
–¿Cómo se involucra en la lucha social?
Mi primera protesta fue en contra de la prohibición de hablar misquito en la escuela. Eso fue como en 1989, como maestra, fui viendo que los niños tardaban hasta dos años en aprender a leer y escribir porque primero tenían que aprender a hablar español. Entonces, empencé a implementar la educación bilingüe en mi aula, hice mi cartilla, misquito-español, y mis niños, en abril y mayo, ya estaban escribiendo, pero como era prohibido, me suspendieron, de ahí comenzó una lucha grande para implementar la educación bilingüe.

–¿Cómo es la enseñanza actualmente?
Después de una lucha grande para la educación bilingüe de los líderes locales, entre ellos, mi padre, Smelling Wood, uno de los primeros cinco maestros misquitos y traductor del Himno Nacional de Honduras al misquito, Céleo Álvarez, que se unió después, se logró usar la cartilla y se ha estado enseñado bien, pero este gobierno no ha aprobado más plazas de maestros en ninguno de los pueblos indígenas.
–¿Cuánto han ayudado los ministros actuales de la zona?
Esos no sirven, son repudiados, Luther Castillo firmó a favor de la cárcel y aquel otro viceministro del Ambiente, Salaverry, que dice que es misquito, pero que es nicaragüense, es peor, se les nota que son anti-indígenas, la única que ha andado alzando la voz es la diputada Erika Urtecho.
–¿Cuál es el estado actual de La Mosquitia?
En abandono, no hay luz, no hay agua potable, no hay carreteras entre municipios, ni que conecte con el país, las líneas aéreas son muy caras, es más barato salir a Nicaragua en carretera para servicios médicos. La gente se está muriendo de hambre, ¿usted sabe que es prohibido que el misquito pesque caracol porque está concesionado a los dueños de botes de La Ceiba y las Islas de la Bahía?
–¿Cuál fue el último proyecto favorable para La Mosquitia?
La construcción de la cárcel, nada más. Tenemos 108 días de resistencia contra esa cárcel y hemos interpuesto dos demandas internacionales.
–¿Tienen un plan de defensa de La Mosquitia?
Mira, nosotros tenemos una ruta clara, que es la autonomía administrativa y territorial de Gracias a Dios, el tratado de 1858 que firmó la Corona Inglesa con el gobierno de Honduras cuando cedió La Mosquitia y el convenio de OIT nos dan fuerza legal para luchar por un gobierno indígena, autónomo.

–¿Separatista como Barcelona?
No, como Ellá Purú Emberá de Panamá, es una comunidad autonóma con cien años de autonomía, administra sus recursos, sus leyes, sus tierras y el gobierno tiene que financiarlo.
–¿Qué la hizo migrar?
Por alzar la voz en defensa de mi pueblo, toqué intereses grandes y planificaron matarme. En 2019 asesinaron a mis dos compañeros de lucha, Buenvaventura Calderón y al fiscal de mi organización, MASTA, y me dijeron que la siguiente era yo. Estuve bajo protección, pero no hay seguridad, así fue como salí en mayo del 2022.
–¿Tiene partido político?
Oígame, yo soy más Libre que nadie, luché para que llegara al poder, porque supuestamente era la esperanza de todos los hondureños para un cambio, pero ese discurso de echarle la culpa al golpe de Estado es decepcionante.
–¿Qué se siente protestar desde NY?
Lloro todos los días, si tuviera seguridad, iría a alzar la voz personalmente, pero me pueden matar, así como están matando a muchos ambientalistas.
–¿Cómo ha sido adaptarse?
Terrible, comenzando por el idioma, pero poco a poco me voy adaptando.
–¿En qué trabaja?
Validé mi título de maestra y saqué un curso para cuidados de adultos mayores y en esto trabajo.
–¿Su estatus es de asilo?
No, ya tengo residencia.
–¿Cómo está la situación de los migrantes?
Quienes entraron con Parole, en dos años les dan residencia y a quienes tienen documentación en proceso y no tienen delitos no los tocan.

–¿Cómo mira el panorama hondureño desde NY?
Estamos a un paso de perder la democracia, estamos bajo un gobierno socialista, comunista, dictarorial, ante un jefe de las Fuerzas Armadas servil, al servicio de un partido político, a un Mel Zelaya dispuesto a quedarse a como dé lugar y una oposición bastante débil, un fiscal general obediente a Mel Zelaya, nos toca a nosotros los hondureños luchar para sacar a Libre del poder.
–¿Qué se dice en los círculos de Washington?
Hay mucha preocupación, si usted se fija, Estados Unidos les cortó el Parole a muchos países, menos a Honduras, porque Honduras está al borde de una crisis, lo que pasó en las elecciones primarias va a ser el triple en las generales, debemos despertar.
–¿Ha mejorado el servicio consular?
En algunos consulados, a regañadientes, en el resto es pésimo. Estamos exigiendo que votemos aquí, dijeron que es muy caro, pero Salvador prometió luchar por eso.
ELLA ES…
Mirna Lizeth Wood Flores nació el 16 de julio de 1965 en la comunidad de Kruta, municipio de Villeda Morales, Gracias a Dios, donde ejerció como docente y comenzó la lucha social en la organización MASTA, de la cual es vicepresidenta. Por razones de seguridad, emigró a Nueva York, donde vive actualmente. Es Licenciada en Educación, artesana y le gusta cantar y cocinar.