Hay niños prodigio en las diversas expresiones del arte. Siempre los ha habido. Quizás, el caso que más ha resaltado, históricamente, es el de WOLFGANG AMADEUS MOZART (1751-1791), quien, seguramente, presintió que su vida no sería muy larga. Quizás, también, esa fue la razón por la que se dedicó a componer de forma febril y abundante. Falleció a los 35 años.
JOHNNY MCDONALD, nuestro brillante pintor y escultor (1977-). Ha cumplido ya 48 años en este 2025. Gracias a Dios, goza de muy buena salud, lo cual nos hace abrigar la esperanza de que continuará con su intensa obra pictórica y escultórica, por muchos años más.

A sus 10 años, en 1987, ya había obtenido su primer premio internacional en el Festival Internacional de las Artes de Tokio, Japón. En Sofía, Bulgaria, en 1988, obtendría el Premio Mundial de Pintura. Honduras, comenzó, en ese mismo año, a reconocer su valía, cuando la Secretaría de Cultura y Turismo le concedió el Laurel de Oro.
Después, han venido muchos más premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional. El de mayor relevancia, considero es el Doctorado Honoris Causa, que se le otorgó en Quito, Ecuador, en el 2023. Pero, más que hablar de los reconocimientos que Johnny McDonald ha recibido hasta ahora, de forma muy merecida, creo que lo más importante a destacar, es su vocación patriótica en el desarrollo de su labor creativa. Su nobleza y actitud humanista. No se cansa nunca de pintar murales a lo largo y ancho del país, llenando de color nuestros municipios. Con una clara visión de rescate de nuestra identidad cultural.
Se dedica con pasión, a exaltar nuestra gente, los niños, los ancianos, la belleza de nuestras mujeres, la flora y la fauna de Honduras. También hace homenaje a sus colegas artistas y a los intelectuales, pues nos ha dedicado a muchos sus famosas “Pedradas Artísticas”, sobre las cuales ya hice referencia en una edición anterior de esta columna.
¡Gracias Johnny, por ser un legítimo representante del orgullo catracho!
Tegucigalpa, M.D.C., 29 de marzo de 2025.