El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió el martes que «muy pronto» podría tomar medidas para acabar por decreto con las «ciudades santuario», como se llama a los estados y localidades que limitan la cooperación con los agentes federales de inmigración.
«Vamos a eliminar las ciudades santuario en algunas de estas jurisdicciones que no cooperan con las fuerzas del orden» porque «están protegiendo a los delincuentes», afirmó Trump a periodistas en la Casa Blanca.
«Es posible que muy pronto les presentemos una orden ejecutiva que ponga fin a las ciudades santuario», añadió el magnate republicano, que gobierna prácticamente por decreto desde que regresó a la Casa Blanca el 20 de enero.
Los estados, ciudades o condados santuario permiten que la policía se niegue a cooperar con agentes migratorios si carecen de una orden judicial o de arresto.
Entre las ciudades destacan Chicago, Nueva York, San Francisco o Los Ángeles y entre los estados figuran, entre otros, California, Colorado, Connecticut, Illinois, Massachusetts, Nueva Jersey, Nueva York y Oregón.
En su mayoría están gobernados por demócratas.
Sus gobernantes alegan que la mano dura migratoria tiene repercusiones negativas debido a que mina la confianza en las autoridades y hace que los migrantes en situación irregular sean reticentes a denunciar delitos.
Aducen además motivos de salud pública, porque si tienen miedo los migrantes acuden menos al médico.
Unos 14 millones de migrantes viven de forma irregular en Estados Unidos. Trump, que ha convertido la lucha contra la migración ilegal en una de las medidas estrella de su mandato, los suele llamar delincuentes por haber entrado en el país sin visa o autorización.
«Por alguna razón, los demócratas quieren mantener y proteger a los delincuentes de ser devueltos a sus países o de ser enviados a prisión», afirmó Trump.
Durante una sesión en el Congreso a principios de marzo, los republicanos reprendieron a alcaldes demócratas estadounidenses de cuatro ciudades «santuario» por sus políticas migratorias que calificaron de «procriminales». AFP