A pocos días de iniciar oficialmente el verano, Honduras enfrenta ya una preocupante ola de incendios forestales. Según el más reciente informe del Instituto de Conservación Forestal (ICF), en lo que va del 2025 se han registrado 78 siniestros que han consumido un total de 1,556 hectáreas de bosque.
La mayoría de estos incendios se han concentrado en los departamentos de Choluteca, Francisco Morazán y Gracias a Dios. Choluteca encabeza la lista con 16 eventos reportados y más de 600 hectáreas devastadas por el fuego, lo que lo convierte en la zona más afectada hasta el momento.
Marzo ha mostrado un alarmante repunte en la actividad incendiaria. Mientras en enero se contabilizaron 14 incendios y en febrero 23, marzo ya suma 41 siniestros, a pesar de que aún no finaliza el mes. Esta tendencia refleja el alto riesgo que enfrenta el país durante la temporada seca, que se extiende entre febrero y mayo.

MANOS CRIMINALES
Los incendios forestales en Honduras no solo destruyen ecosistemas valiosos, sino que también agravan la crisis ambiental en un país considerado uno de los más vulnerables al cambio climático.
El ICF advierte que más del 90 por ciento de los incendios son provocados por el ser humano, ya sea por quemas agrícolas descontroladas o por acciones intencionales atribuibles a los llamados “criminales del bosque”.
A lo largo de los últimos años, el impacto ha sido devastador. En 2024 se reportaron más de 3,100 incendios que afectaron aproximadamente 223,000 hectáreas, una cifra similar a la registrada en 2023, cuando se documentaron 3,052 incendios y daños equivalentes.
A pesar del grave daño ambiental y económico que generan estos siniestros, la impunidad sigue reinando. El 97 por ciento de los casos no se judicializan, lo que permite que los responsables continúen actuando sin consecuencias legales. Esta falta de justicia ha sido señalada como uno de los mayores obstáculos en la lucha contra los incendios forestales.

DATOS
Cada año, Honduras pierde entre 50,000 y 65,000 hectáreas de bosque debido a incendios y tala ilegal, una cifra que compromete no solo la biodiversidad nacional, sino también la seguridad hídrica y climática del país.
Las autoridades del ICF han reiterado el llamado a la población a evitar cualquier tipo de quema durante la temporada seca y han instado a fortalecer la conciencia ambiental y la aplicación efectiva de la ley como pilares fundamentales para enfrentar esta emergencia silenciosa que amenaza los bosques hondureños.

