Víctor Manuel Ramos
Presidente de la Academia Hondureña de Geografía e Historia
Gaínza logra que en la sesión de proclamación de la Independencia el reconocimiento como el Jefe Supremo interino de la nueva nación, auxiliado por una “Junta Provisional Consultiva, compuesta de los señores individuos actuales de esta Diputación Provincial, y de los señores individuos actuales de esta Diputación Provincial, y de los señores D. Miguel Larreinaga, Ministro de esta Audiencia, Don José del Valle, Auditor de Guerra, Marqués de Aycinena, Dr. don José Valdez, Tesorero de esta Santa Iglesia, Dr. don Ángel María Candina, y Licenciado D. Antonio Robles, Alcalde 3o. constitucional: el primero por la Provincia de León: el segundo por la de Comayagua: el tercero por Quezaltenango: el cuarto por Sololá y Chimaltenango: el quinto por Sonsonate, y el sexto por Ciudad Real de Chiapas”.
En abril de 18212, Mariano de Aycinena, en carta dirigida a Iturbide, le advertía de las dificultades que enfrentaban para imponer la idea de la anexión.
Tanto Mariano de Aycinena como Gaínza siguen en contacto con Iturbide a través de correspondencia y de enviados hacia Guatemala. Irturbide no está satisfecho con el acta del 15 de setiembre, proclamada casi simultáneamente con su entrada triunfal en Ciudad de México, y ejercen presión para que las autoridades de Guatemala hagan lo pertinente para declarar la anexión a México. Iturbide, por supuesto, tuvo conocimiento de la proclamación de Guatemala días después de que él entrara triunfal en la Ciudad de México, el 27 de setiembre de 1821, en dónde fue proclamado el Jefe del Gobierno. Chiapas había acordado separarse del Reino de Guatemala y adherirse a México mediante un procedimiento que posteriormente el gobierno de Centroamérica rechazó como ilegal.
Tras ser ungido como Emperador, el 19 de mayo de 1822, Iturbide pasó a colocar en su agenda gubernativa la anexión de Centro América como un asunto urgente. Envió correspondencia a Gainza, con ofrecimientos, para urgirle a decretar la anexión. Iturbide le planteaba a Gaínza: asociar a Centro América a la “gloria y llamarla a la participación de la dicha que va a ser indefectiblemente el resultado de la independencia”. Mas tarde ofrecía a Gaínza elevarlo al rango de comandante de los ejércitos imperiales “en calidad de Generalísimo” (Vásquez Olivera, 2021, pag. 97).
Gaínza, para atender las exigencias de Iturbide, pasa por alto el mandato del Acta del 15 de septiembre de convocar a un Congreso para decidir sobre la independencia y, por el contrario, inicia consultas con los ayuntamientos –que no estaban autorizados para tales decisiones- sobre la conveniencia de adherirse a México. Chiapas, León y Comayagua habían acordado, por su cuenta, la adhesión al Imperio Mexicano, porque el nuevo Imperio era afín a las ideas conservadoras, monárquicas y anti republicabas de las autoridades de esas provincias y porque no había satisfacción con la forma de ejercer la autoridad desde Guatemala. Centro América estaba dividida entre quienes deseaban la anexión y quienes la rechazaban, entre los últimos estaban San Salvador y Tegucigalpa. Las provincias que se adhirieron planteaban el desconocimiento a la autoridad de Guatemala y aceptaban la anexión siempre y cuando la nueva organización territorial no les dejara dependientes de Guatemala porque rechazaban las imposiciones, durante la
colonia, que provenían de la Capitanía General. Tal circunstancia profundizaba la división de las provincias y la imposibilidad de ejercer el gobierno unitario en la totalidad del nuevo Estado.
El 2 de enero de 1822 la Junta Provisional Consultiva, tras preguntar a los ayuntamientos sobre si se hacía o no la anexión al Imperio Mexicano, hizo el recuento de los votos de conformidad con las actas. La posición pro anexión era la mayoritaria, incluidos 11 ayuntamientos que ponían condiciones y 21 que exigieron dejar la solución del asunto al Congreso que mandaba el Acta de Independencia. Al día siguiente, Gaínza informó a Iturbide el resultado de la consulta con los ayuntamientos, procedimiento que José Cecilio del Valle consideró viciado de ilegalidad, razón que le permitió impulsar su lucha por la libertad de Centro América en el Congreso de México a donde acudió como diputado del Imperio.
Cuando la noticia de la aprobación de la anexión fue conocida en México, convocaron a las provincias centroamericanas a elegir sus diputados al Congreso Mexicano. José Cecilio del Valle resultó ser el escogido por Tegucigalpa y Quetzaltenango. Leámosle: “Así fue como discurrí para formar opinión sobre un asunto tan importante. No era desconocida para mí la del Jefe Político y Capitán General Don Gabino Gaínza. Varias veces me había hablado para que escribiera manifestando las ventajas de la unión de Guatemala con Méjico: diversas ocasiones me había indicado los bienes que debía esperar del concepto que formase de mí el Generalísimo Don Agustín Iturbide. Tampoco podía ignorar la de varios vocales de la Junta Consultiva que de modo más claro habían dejado penetrar su decisión a favor de Méjico.” (Valle, 1892, 26)
Con el fin de asegurar la anexión de Centro América a México y someter a los disidentes, Iturbide envió tropas a Guatemala al mando del General Vicente Filísola. Los militares mexicanos salieron de México el 29 de diciembre de 1821, día del cumpleaños de Iturbide, y llegaron a Guatemala el 12 de junio de 1822 con 600 efectivos adheridos durante su paso por Chiapas. Eran considerados suficientes para someter la rebeldía de San Salvador. Gaínza fue removido de su cargo, el 29 de mayo de 1822, y el Emperador le ordenó dirigirse a México con la oferta de un alto cargo por su rango militar. Mas tarde las tropas guatemaltecas sufrieron una derrota en El Salvador durante el intento de someter a la provincia rebelde. México realizó el reemplazo de Gaínza hasta el 21 de junio cuando Filísola asumió como Capitán General. San Salvador mantuvo, por algún tiempo, un estira y encoge en relación con su aceptación para sumarse al Imperio. Hizo concesiones y al mismo tiempo puso condiciones. Una de ellas era que el Congreso mexicano deliberara si el acuerdo de anexión del 5 de enero era legal o no. Filísola les respondió que El Salvador no podría subsistir aislado pero accedió a mantener negociaciones. Filísola, además, se enfrentaba a una completa bancarrota de las finanzas de Guatemala que le impedían organizar efectivamente el ejército para someter a San Salvador, pero logra recaudar alguna cantidad aportada por los anexionistas guatemaltecos que le permiten, a pesar de que él prefería encontrar una solución negociada, invadir y someter a San Salvador, que frente a la amenaza había solicitado la anexión a Los Estados Unidos. Iturbide exigió a Filísola, el 14 de enero de 1923, intervenir militarmente a San Salvador y a finales del mes, Filísola recibió instrucciones precisas para que tomara San Salvador “sin perder el tiempo en nuevas contestaciones […] obrando en todo militarmente, y tratando a los que se le opongan como rebeldes y sediciosos.” (Vázquez Olivera, 2021, pag. 247). Filísola tomó San Salvador, tras las batallas del 9 de febrero tras la derrota de los salvadoreños en Mejicanos el 7 de febrero e hizo jurar la adhesión al Imperio y al mismo tiempo se mostró magnánimo.
El 24 de febrero de 1823, llegó a manos de Filísola, en San Salvador, el Acta de Casa Mata, que aglutinaba a varios generales levantados en contra de Iturbide dirigidos por Antonio López de Santana a quien se adhieren Vicente Guerrero y Nicolás Bravo y numerosas provincias. La exigencia era restaurar la representación nacional y eligir un nuevo Congreso. Estaba Filísola sorprendido y enfurecido por los acontecimientos en México. El Brigadier se apresuró a regresar a Guatemala y dejó al mando de la Provincia de San Salvador a Manuel Arzú con parte de la tropa mexicana. Filísola, que debía lealtad a Iturbide no tomó partido y esperó a que los acontecimientos se aclararan, pidió información a Antonio Echávarri y le comunicó su temor de que en México se desatara una guerra civil sangrienta. El 1º. de marzo abandona San Salvador con rumbo a Guatemala y reúne la Diputación Provincial para informarle de los acontecimientos en México.
Con el fin de dar a conocer la situación mexicana a los guatemaltecos, Filísola publicó un manifiesto el 12 de marzo de 1823: “Los últimos acontecimientos del Imperio han excitado la expectación pública y mi carácter franco no me permite ocultarlos” (Vásquez Olivera, 2021, pag. 255).
El Emperador Iturbide había disuelto el Congreso y puso prisioneros a varios diputados que consideraba de la oposición, entre ellos a José Cecilio del Valle, en octubre de 1822. El 28 de marzo de 1923 llega a Guatemala la noticia de la reinstalación del Congreso. Varios generales, diputados y autoridades locales reunidos en Puebla desconocieron al Congreso e invitaban a Iturbide a abandonar su cargo, asunto del que Filísola tuvo conocimiento ese mismo día 28 se marzo. Hizo consultas con sus oficiales y con la tropa y con los políticos guatemaltecos y decidió convocar a las provincias al Congreso de Guatemala, el 29 de marzo de 2023, al que aludía el Acta de independencia del 15 de setiembre para que decidieran si seguían unidos a México o proclamaban la separación y la independencia. Filísola estaba muy preocupado y temía que tales noticias podrían propiciar en México una revuelta sangrienta, Filísola, ese 29 de marzo, no sabía que Iturbide había caído el 19 de marzo.
Cuando Iturbide reinstala el Congreso nombra a José Cecilio del Valle como Ministro de Relaciones Exteriores, a pesar de la negativa del centroamericano. Una vez destituido Iturbide, Valle vuelve al Congreso a proponer la nulidad del acurdo de anexión de Centro América a México y logra que se apruebe una resolución en la que daba libertad a Centro América decidir sobre su futuro.
El Congreso inició las sesiones preparatorias en Guatemala el 24 de junio, presidido por el patriota y presbítero salvadoreño José Matías Delgado, quien había presentado resistencia a la anexión en San Salvador, y se instaló solemnemente el día Primero de Julio. En esa sesión aprobó la Independencia Absoluta de Centro América y creó la República: Provincias Unidas del Centro de América.
El 1º. de abril, el diputado Bustamante, en el seno del Congreso Mexicano, introduce una moción para permitir la independencia de Centro América, decisión que es comunicada a Filísola, quien esperaba, precisamente, esas indicaciones para actuar sin incumplir las órdenes que había recibido desde México, pues él consideraba que era el Congreso Mexicano el que debía pronunciarse sobre la situación centroamericana.
Al enterarse de la caída de Iturbide y debido a las agresiones que recibía la tropa de parte de la población guatemalteca, que a su vez se quejaba de que los soldados mexicanos actuaban con crueldad, decide renunciar del cargo de Capitán General y volver a México, para lo cual pide una suma de dinero que permita la evacuación. Pero Lucas Alemán, Ministro de Relaciones Exteriores del nuevo régimen republicano, le envía, el 7 de mayo de 2023, una orden de que permanezca en su puesto hasta que las Provincias Centroamericanas decidieran legalmente su destino.
El 24 de junio, los diputados están congregados en Guatemala. Hay una tremenda algarabía en el pueblo y se celebra un Te Deun al que asisten los diputados y Filísola. Le permiten dar una alocución. El 1º. de Julio, se instala el Congreso dirigido por Matías Delgado, el héroe de la resistencia salvadoreña, quien fue electo por una inmensa mayoría. En esa sesión se proclama de Independencia Absoluta de México, España y de cualquier otra potencia y se funda la República Provincias Unidas del Centro de América. También se nombra una Junta gubernativa en la que algunos pretenden que esté Filísola, pero la oposición alegó que Filísola no era centroamericano y eso no permitió su escogencia. Posteriormente el Congreso, a través de Barrundia, le ofrece hacerse cargo de la Jefatura de la provincia de Guatemala, pero Filísola rechaza la propuesta y dice que sus obligaciones están en México.
El 3 de agosto, Filísola abandona discretamente Guatemala con su tropa con rumbo a México. El 16 de julio el Congreso que se transforma en Asamblea Constituyente le ordena a Filísola abandonar Guatemala, pero el Congreso Mexicano había ordenado, el 1º. de julio, que Filísola abandonada Guatemala. Quedaba así, consolidada la independencia de Centro América.
Una vez promulgada la Constitución se convocó al pueblo a elegir las autoridades ejecutivas federales (Valle, 1892, Pag, 41-43). José Cecilio del Valle obtuvo la mayoría de votos y Manuel José Arce quedó en segundo lugar. Los liberales republicanos no confiaban en Valle, quien ya profesaba un verdadero republicanismo, de tal manera que transaron con Arce, a quien también le brindaron su apoyo los diputados afines a Mariano de Aycinena, quien no perdía la esperanza de convertir a Centro América en una entidad monárquica que reconociera el título nobiliario de su sobrino. Se protagonizaba así el primer golpe de Estado en Centro América.
Mariano de Aycinena ejerció una poderosa influencia sobre el presidente y éste traicionó a los republicanos y comenzó a destituir a los Jefes de Estado que no se sometían a los dictados conservadores y a gobernar dictatorialmente. Arce, además, impuso como Jefe de Estado de Guatemala a Mariano de Aycinena. El caso emblemático de los abusos de Arce fue la captura y prisión de Dionisio de Herrera, Jefe de Estado de Honduras y la invasión a El Salvador, Estado que opuso una feroz resistencia. Frente a la imposibilidad de someter a El Salvador, Arce fue sustituido por Mariano Beltranena, primo de los Aycinena. Tales situaciones, violatorias de la Constitución Federal, trajeron como consecuencia el surgimiento de la figura de Francisco Morazán quien inició una campaña que luego tuvo el respaldo de los nicaragüenses y de los salvadoreños y que culminó con el derrocamiento del régimen fraudulento de Guatemala y con el restablecimiento de la Constitución Federal.
Convocadas nuevas elecciones, el triunfador fue Francisco Morazán, quien luego de su triunfo militar contra Guatemala había retornado a Honduras para hacerse cargo de la Jefatura del Estado de Honduras. En Comayagua recibió la noticia de su elección como presidente de Centro América.
Los enemigos de la República no cesaron en su oposición y hostigaron al presidente Morazán hasta que lograron su derrota y la fragmentación de la República Federal .
A pesar de varios intentos para restablecer la unidad centroamericana, el Istmo sigue fragmentado en cinco repúblicas débiles, con índice de desarrollo humano muy lamentables, escaso desarrollo económico y fuerte dependencia extranjera, con muchas intervenciones foráneas en las decisiones soberanas de los cinco países en franca violación de los postulados de independencia absoluta que proclamó el Acata del 1o. de julio de 1823, acontecimiento del cual celebramos, en este año de 2023, el segundo centenario.
Está pendiente aún la tarea de restablecer la unidad de Centro América para tener una patria grande, fortalecida y con más poder para enfrentar con libertad e independencia las tareas pendientes para que todos los habitantes puedan vivir una existencia plena en el disfrute de los derechos que hoy reconoce la humanidad para todos los habitantes de la tierra.
Bibliografía
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