Desde la cama del hospital, Jairo Vargas brindó sus primeras declaraciones en las que afirma que, si sobrevivió al accidente aéreo en Roatán, Islas de la Bahía, es por un propósito de Dios.
El catracho de 33 años se dirigía al entierro de su hija en Olancho, junto a su esposa, Nidia Miralda Benítez, quien es una de las 12 víctimas de la tragedia del pasado 17 de marzo.
«Solo escuché cuando tronó el avión, se levantó y se fue de lado para el agua», dijo desde el cuarto piso del Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, departamento de Cortés.
Jairo, quien iba en la parte central de la aeronave, solo recuerda que a los pocos minutos ya estaban dentro del agua y sobrevivió gracias a que quedó arriba de alguna parte del avión.
Sin embargo, al lado suyo iba una mujer «pero ya estaba muerta», relató a canal 3, de Televicentro.
«Yo solo recuerdo que pedía ayuda, miraba a unas lanchas a lo lejos allá, apenitas movía las manos y ahí me rescataron», dijo agradecido con los pescadores que lo salvaron a él y a los otros cuatro pasajeros.
Jairo iba rumbo al departamento de Olancho para asistir a la vela y posterior entierro de su hija de 6 añitos, quien había fallecido en horas de la mañana de ese mismo lunes.
A pesar de que era el primer día de trabajo de Vargas, sus jefes lo ayudaron para poder comprar el boleto del ferri para que viajara hacia La Ceiba y después a Olancho, pero lo perdió por accidente.
«Lastimosamente se me perdió el ferri, ya era muy tarde, entonces tuve que acceder al avión solo para que sucediera eso, nunca me imaginé», dijo con un nudo en su garganta.
El olanchano afirma que, en medio de su dolor, considera que todo lo que ha vivido tiene un propósito divino, para dar un ejemplo a sus hijos y resto del mundo.
«Esto es algo de Dios, que me dejara para dar un testimonio porque no es todo el que sobrevive de un accidente aéreo», culminó.