LA CEIBA. La comunidad garífuna inició hoy jueves las despedidas para el cantautor Aurelio Martínez, con tambores, el sonido del caracol y baile punta, tal y como él lo hubiera querido. Su legado musical y cultural fue celebrado con profunda emoción. Cientos de personas se congregaron para rendirle homenaje.
La Organización de Desarrollo Étnico Comunitario (Odeco) fue el primer escenario donde se rindió tributo a este máximo exponente cultural. Tras su trágica muerte en un accidente aéreo en Roatán, su comunidad se movilizó. La tristeza y el orgullo se mezclaron en cada ceremonia.
El ambiente en las afueras de la organización comunitaria se convirtió en carnaval. Con tambores y danzas, los asistentes recordaron su vida y obra. Nadie quería perderse la oportunidad de darle la despedida.
Los restos mortales llegaron en la madrugada del miércoles. La autopsia se realizó en San Pedro Sula, antes de su traslado. La comunidad esperaba con respeto y admiración.
GRATOS RECUERDOS
El velatorio comenzó en su casa, en el barrio La Isla, donde familiares y amigos compartieron recuerdos de su vida y trayectoria, y más tarde, su cuerpo fue llevado a Odeco para un homenaje mayor.
Medios de comunicación y representantes de la música garífuna asistieron y expresaron su compromiso de continuar con su legado, ya que Aurelio fue un referente indiscutible de su cultura.
Luther Castillo, funcionario gubernamental, destacó su talento innato. Recordó cómo el occiso representó a Honduras en escenarios internacionales, logrando que su música y espíritu trascendieran fronteras.
“Era un artista nato, capaz de tocar cualquier instrumento”, afirmó Castillo. Su don musical era impresionante y autodidacta. Fue un embajador de la identidad garífuna.
Por su parte, Lauro Álvarez explicó los rituales garífunas para despedir a un ser querido. Según dijo, cada ceremonia está guiada por sueños y tradiciones ancestrales, donde todo tiene un significado profundo.
Los homenajes incluyeron ceremonias, comidas especiales y celebraciones. La comunidad organizó cada detalle con respeto y devoción, al considerar que Aurelio merecía una despedida digna de su grandeza.
DATOS
El pueblo garífuna llora la partida de Aurelio Martínez, pero celebra su legado. Su música seguirá resonando en los corazones de su gente. La cultura garífuna ha perdido un gran representante. Aurelio no solo fue un artista, sino un líder. Su vida y obra permanecerán en la historia de Honduras y su legado vivirá por siempre en su pueblo.
SEGÚN SU VIUDA
“Su corazón pertenecía a su familia y su pueblo”
Roxana Romero, esposa del cantautor, agradeció el apoyo de la comunidad. Expresó su profundo dolor y recordó la grandeza humana de Aurelio. “Su corazón pertenecía a su familia y su pueblo”, dijo.
Lo recordó como un padre amoroso y un hombre de principios que siempre defendía sus raíces y valores culturales, a la vez que era un modelo a seguir para muchos.
Su empatía por jóvenes, niños y ancianos quedó marcada, pues tenía un carisma especial que unía generaciones, por lo que su partida deja un vacío en la comunidad.