PARA lectura de otra buena parte del colectivo, vamos a iniciar la semana con ese tipo de temas áridos que más les gusta. Hurgando la IA –como es difícil llevarle el hilo a la guerra comercial, ya que unos días la administración republicana en Washington anuncia gravámenes y otro día los suspende o los quita– esto es lo que más o menos hay sobre estas medidas: Durante los primeros meses de la administración, iniciada en enero de 2025, se han implementado varias políticas arancelarias que “han generado tensiones comerciales a nivel global”. Las medidas adoptadas, las respuestas de los países afectados y los impactos económicos resultantes: Medidas tomadas por Estados Unidos: “El 12 de marzo de 2025, entraron en vigor aranceles del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio, afectando a países como Canadá, México, Brasil y miembros de la Unión Europea”. “Se han anunciado aranceles de hasta el 200% a productos europeos como vinos, champán y otras bebidas alcohólicas”. “Se impusieron aranceles adicionales del 10% a todas las importaciones provenientes de China, sumándose a los aranceles existentes de hasta el 25% en ciertos productos”.
Respuestas y represalias de los países afectados: “Unión Europea ha anunciado medidas de represalia, incluyendo aranceles adicionales por valor de 26,000 millones de euros sobre productos estadounidenses como respuesta a las medidas”. “Inicialmente, el primer ministro canadiense anunció aranceles del 25% sobre 30,000 millones de dólares canadienses en exportaciones estadounidenses”. Tras conversaciones entre Trump y Trudeau, quitándolos y volviéndolos a poner, resulta que “los aranceles de Trump sobre el acero y el aluminio entraron en vigor la semana pasada”. “Canadá ha impuesto, a modo de represalia, sus propios aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio, así como sobre computadoras, equipos deportivos y otros productos estadounidenses, por el valor de 20,000 millones de dólares”. “Esto se suma a los aranceles a las importaciones de productos estadounidenses que previamente habían sido anunciados”. A México Trump impuso aranceles de 25%, después los suspendió dando prórroga de un mes, volvió a ponerlos y según la Sheinbaum, –dizque chineando su plan B arancelario que nunca entró en efecto– Trump le dijo en la conversación que sostuvieron que va a aplicar aranceles a artículos afectando a los demás países del mundo, pero no lo amparado en el T-MEC. Ah, en sus monsergas matutinas les dijo que va “a esperar hasta en abril mientras carbura qué hacer en respuesta a los aranceles que le clavaron al acero y al aluminio”.
El impacto económico en Estados Unidos y otros países de estas zigzagueantes vueltas en la montaña rusa: “Las medidas arancelarias han generado preocupaciones sobre un aumento en los precios al consumidor en Estados Unidos”. “Aunque las presiones inflacionarias disminuyeron más de lo previsto en febrero, la incertidumbre persiste debido a los posibles efectos de los aranceles”. “La guerra comercial ha generado incertidumbre en los mercados financieros, afectando la confianza empresarial y potencialmente ralentizando el crecimiento económico”. “Las tensiones comerciales han contribuido a la volatilidad en los mercados de divisas, con fluctuaciones en las monedas de América Latina debido a la debilidad del dólar y las expectativas de inflación en Estados Unidos”. (¿Y vos te has montado –pregunta el Sisimite– en la montaña rusa? -Ni en esa –responde Winston– ni en la rueda de Chicago para no marearme. En lo que he andado es en los carros chocones. Ah, y comiendo elotes a la orilla de la carretera que va a Valle de Ángeles. -¿Y eso de los elotes –vuelve el Sisimite– qué tiene que ver con esos juegos de los parques de diversiones? -Nada –responde Winston– solo que aquí no hay nada que hacer los fines de semana, porque no hay teatro, no hay zoológico, ya no llega el circo, ni hay diversiones, más que agarrar a Valle de Ángeles, y pararse a comer elotes en las “pupuseras”).