Ángela Marieta Sosa*
Las sufragistas hondureñas de mitad del siglo XX, por las que ahora la mujer hondureña puede votar, se revolvieron en sus tumbas este domingo 9 de marzo del 2025, y no fue de felicidad; sino de ver sus conquistas y la dignidad del votante tiradas a la calle (urnas y boletas en las aceras de la capital de Honduras), en un franco irrespeto a la ciudadanía en general, y más grave aún a las mujeres, que esperaron hasta medianoche para poder ejercer el sufragio, cargando a sus niños en brazos. Un irrespeto y falta de garantía a los electores, sin precedentes en la historia electoral de Honduras.
¿!!Qué dirían, qué hubiesen hecho Visitación Padilla – Graciela García – Alberta Zúniga de Mayes – Lucila Gamero de Medina¡¡?, casi las escucho en un tono irónico, “como puede ser posible si la presidente es mujer y su candidata oficialista es mujer”,
Eso demuestra que cuando se trata de política vernácula lo de menos es la sororidad, lo que verdaderamente importa a esas mujeres en el poder, es servir a sus intereses y no a un pueblo noble que les dio la oportunidad en un contexto escuálido democrático de estar en el poder.
Por suerte la hondureñidad ha despertado y lejos de ahuyentar la masa electoral con ese irrespeto y violación a su derecho humano de elegir, los incentivaron a salir y esperar en la intemperie más de doce horas hasta que pudieron votar; relacionado a este hecho cabe mencionar una elevación significativa de votos en blanco y nulos, especialmente en el partido oficialista populista Libertad y Refundación (Libre). Con el 45.47% de las actas escrutadas, Libre registró un 11.31% de votos en blanco y un 6.64% de votos nulos, sumando un total de 18% de votos inválidos.
Este fenómeno en general es una forma de protesta de la ciudadanía, reflejando su descontento e inconformidad con las opciones políticas disponibles y la gestión gubernamental actual. El analista político Omar García señala que estos votos representan un «grito» de la población que exige cambios en la política del país, indicando que los ciudadanos están expresando su rechazo a través de la anulación de su voto o dejándolo en blanco.
Después de tal irrespeto a la dignidad humana de la hondureñidad, la elevada proporción de votos en blanco y nulos en Libre se disparó, producto también del hartazgo social nacido de la frustración por promesas incumplidas en los años que tienen de mal gobernar, por ello, incrementando la desconfianza y el descontento de la base electoral de Libre, por lo que no han hecho y por violentar el derecho al voto de la población.
La importancia de los votos en blanco y nulos radica en su capacidad para reflejar el nivel de satisfacción o insatisfacción de la ciudadanía con el sistema político y las opciones electorales disponibles. Un aumento en estos votos puede ser una señal de alerta para los partidos políticos, indicando la necesidad de realizar reformas y adaptarse a las demandas de la población que ya no es tonta, para evitar una posible migración de votos hacia otras opciones en futuras elecciones generales.
El partido en el poder quiere hacer creer que han sido los más votados, yo diría los más anulados y blanqueados, la gente ya no aguanta tanta grosería, subestiman la inteligencia de un pueblo que sin lugar a duda pondrá un alto al nepotismo, la corrupción y el abuso en el poder. Quizá con esta experiencia entienden la necesidad de que el gobierno preste atención a las demandas y preocupaciones de la población.
La inconformidad ciudadana con la clase política en Honduras puede traer diversas consecuencias, tanto a nivel político como social y económico. Algunas de las principales son:1. Aumento del voto en blanco y nulo, 2. Desconfianza en las instituciones democráticas, 3. Protestas y movilizaciones sociales, 4. Migración masiva, 5. Mayor polarización política, 6. Auge del populismo, 7. Corrupción e impunidad y 8. Crisis económica por pérdida de inversión.
Urgen cambios en la transparencia, participación ciudadana y gobernabilidad, las consecuencias seguirán afectando la estabilidad y el desarrollo del país.
*Máster en Derechos Humanos.