Carolina Alduvín
Hay un activista del partido de gobierno bajo las órdenes de una precandidata oficialista que tiene bajo su mando a todas las Fuerzas Armadas de este país. La tipa ahora, está a punto de ser declarada candidata merced a la votación forzada de los centenares de empleados públicos diseminados por todo el aparato gubernamental que acudieron a las urnas amenazados con ser despedidos de no hacerlo. Algunos anotaron letreros de repudio y hasta dibujaron obscenidades para anular su voto forzado. Evidencia ante el mundo de la violencia electoral encabezada por la socia de la actual gobernante. Es ella quien, ejerciendo línea de mando en el gobierno, presiona a la cabeza de los militares y todos sus subalternos a violar la Constitución y la Ley Electoral, el circo que presenciamos el pasado domingo, propios y extraños en labor de Observación, nos retrata como vulgares copiones del régimen venezolano.
Circula en redes un recorte de periódico venezolano donde se denuncia expresamente que en diciembre de 2023; es decir; justo siete meses antes de las elecciones generales, en ocasión de las primarias, ocurrió lo siguiente: 1) material electoral movido de forma inusual en transporte público; 2) urnas sin sellos, vacías o saqueadas; 3) boletas electorales tiradas en las calles; 4) votos en número que no coincide con el número de votantes registrado. Cualquier parecido con lo ocurrido en nuestras principales ciudades el día de las elecciones primarias ¿Uds. creen que es mera coincidencia? Es el guion de quienes pretenden quedarse en el poder de manera fraudulenta. Los opositores interesados en salirles adelante para las generales, no tienen más que ver la prensa venezolana de los primeros seis meses de 2024.
La mona liebre también ejerce mando sobre el patán encaramado en el órgano que rectora los procesos electorales. Sí, ese mismo que según declara la presidente, mientras ella organizaba grupos para ir detrás de los buses que circulaban con las maletas electorales, él les avisaba a los conductores que estábamos detrás de ellos. El mismo que olvida que no es el coordinador de campaña de su reina, sino un consejero. Tanto el máximo jerarca militar, como este hombre cometieron delitos electorales a vista, paciencia y en perjuicio de la ciudadanía en espera de su derecho a ejercer sufragio. Esos mismos delitos que el Fiscal General de la República prometió de manera vehemente perseguir de oficio justo antes de los comicios. Cumpla con su deber, concluya las investigaciones, ordene su captura y póngalos a disposición de los tribunales.
Nuestra Carta Magna es absolutamente clara en su Artículo 272. Las Fuerzas Armadas de Honduras son una institución nacional de carácter permanente, esencialmente profesional, apolítica, obediente y no deliberante. Se instituyen para defender la integridad territorial y la soberanía de la República, mantener la paz, el orden público y el imperio de la Constitución, los principios de libre sufragio y la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República. La Ley Electoral establece que las FF.AA. pasan a disposición del Consejo Nacional Electoral, como responsable que es de la custodia, transporte y vigilancia del material electoral.
Los fundamentos legales para deducir responsabilidades son claros, la autoridad debe proceder contra quien dio órdenes de mandar las maletas electorales a pasear por toda la ciudad, a estar estacionados por horas, a hacerlas perdedizas en algunos casos. Todo con el avieso fin de desanimar a la ciudadanía en su voluntad de ejercer su derecho y deber democrático; con la sorpresa que no lo hicieron, algunos se retiraron y volvieron más tarde, otros esperaron hasta ya avanzada la noche, con niños pequeños en brazos, con dificultades de movilidad, con síntomas de dolor; nada importó con tal de votar hasta por el partido al que pertenece la perversa que orquestó el sabotaje a las primarias a través de su lacayo en estratégica posición.
El irresponsable jerarca mancha la credibilidad y el prestigio de la totalidad de las Fuerzas Armadas, con la excusa que sólo los estúpidos saben dar: “sólo sigo órdenes”. Las órdenes ilegales no se obedecen. Mientras que su cómplice en el órgano electoral, siendo hijo de una pareja honorable a quien conocí y traté en mis días universitarios; también los deshonra con su comportamiento delictivo persiguiendo burlar la voluntad popular que gritaba fuera de los centros de votación: Libre Nunca Más. Si van a hacer fraude, hay manera sin maltratar a la gente.