Un tribunal español condenó a seis años de cárcel a un hombre por violar en El Prat de Llobregat (noreste de España) a una mujer sin papeles de origen latinoamericano, con la que contactó con el pretexto de que cuidara a su madre y a la que luego amenazó con hacer que la deportaran si contaba lo ocurrido.
El juez condenó al procesado a cinco años por el delito de agresión sexual, a otro más por trato degradante y a 270 euros de multa por un tercero leve de amenazas, así como a indemnizar a la víctima con 6.000 euros, según la sentencia, avanzada por el diario ‘Ara’ y a la que tuvo acceso EFE este miércoles.
El hombre recibió una pena inferior a las peticiones iniciales de la Fiscalía y la acusación particular de 12 años de cárcel.
La acusación particular, representada por una abogada que se hizo cargo de ella por un precio más económico del habitual después de que le fuera denegado a la víctima el derecho a la justicia gratuita, explicó que el condenado tiene al menos otra causa abierta por hechos similares contra otra mujer de perfil parecido al de su representada.
La sentencia considera probado que E.D.G., mediante un número oculto y cambiándose el nombre por el de ‘Javier’, contactó con la víctima, a la que vio en una página web donde ofrecía sus servicios como cuidadora de ancianos y de niños y limpiadora.
El escrito sostiene que el acusado, que en todo momento quiso dar imagen de ser un hombre solvente, la contrató con el pretexto de que cuidara a su madre.
El acusado citó a la víctima para una entrevista en la vivienda donde presuntamente vivía la madre y, cuando llegó, le dijo que su madre había tenido que ir al médico.
Cuando la mujer se disponía a marcharse, el condenado la empujó y la forzó a entrar en el piso. La víctima se acercó a la ventana del comedor para ver si podía pedir ayudar, cuando el procesado «la cogió del cabello, la tiró contra el sofá» y la violó.
El condenado profirió contra ella mensajes degradantes de forma constante, en los que vinculaba su origen latinoamericano con la prostitución, la golpeó e incluso escupió sobre ella.
Tras la agresión, el acusado le dijo que no contara nada a nadie porque no la creerían, dada su condición de irregular, y mientras la llevaba de vuelta a la parada de metro le reiteró «durante todo el trayecto que haría que la deportasen si explicaba lo ocurrido». EFE