Los vendedores de automóviles chinos en Rusia presentaron a sus clientes una peculiar oferta: un saco de azúcar o de harina a quienes les compren un auto, según constató hoy el canal de Telegram ‘Barrel chornoi ikri’ (Barril de caviar negro), especializado en temas económicos.
«Los vendedores de automóviles en Rusia comenzaron a regalar un saco de azúcar para incentivar la compra de un (auto) chino», señaló el canal, donde publicó una foto de una tienda en la que se observan varios vehículos, cinco sacos y un cartel que anuncia la oferta.
Los clientes podrán elegir, en dependencia de sus intereses o gustos, entre un saco de azúcar o uno de harina.
El martes, el director de la agencia analítica Avtostat, especializada en el mercado automotriz, Serguéi Tsélikov, informó en Telegram que en las tiendas de automóviles todavía quedan muchos modelos del año 2023, lo cual impulsa a los vendedores a buscar vías para reducir el número de autos ‘viejos’.
«Entre enero y febrero del 2025 fueron vendidos 167,000 automóviles nuevos. De ellos, más de 8,000 eran del año 2024. O sea, cerca del 5% de los automóviles estuvieron más de un año cubriéndose de polvo en los almacenes de vendedores y distribuidores antes de ser vendidos», comentó.
La marca más vendida durante este período fue la china Changan, con 626 vehículos, el 7% de los cuales era del 2023.
Sin embargo, la siguiente en popularidad fue la también china SWM, de la cual se vendieron 621 vehículos, más de la mitad de los cuales, un 52%, era del 2023, por lo cual fueron vendidos con rebajas significativas de hasta un 20%.
Sin embargo, los automóviles rusos Lada y los chinos Haval, Geely y Chery, resultaron ser de los que menos automóviles del 2023 quedaron en oferta, limitándose a entre 1 y 2% del total de las ventas en 2025.
Tras el comienzo de la guerra en Ucrania, en febrero del 2022, y la avalancha de sanciones, muchas marcas occidentales y de compañías japonesas o surcoreanas se retiraron del mercado ruso, lo cual obligó a Rusia a impulsar sus producciones nacionales y permitió a China entrar por la puerta grande al mercado automotriz ruso. EFE