¿CUÁLES son estos editoriales? –preguntaba la nieta, subrayando un párrafo de las conceptuosas palabras del filósofo del colectivo al cumpleañero y, de paso, una breve apreciación sobre su libro Kairós: “Recientemente dio una cátedra sobre la ideología liberal que hubiera servido para armar un manual de capacitación”. (Este sería el último de la serie): “Mire, –comentaba el filósofo del colectivo– con este editorial usted le dio la vuelta olímpica para coronar lo que es la ideología del liberalismo”. Así que, pensando que no aramos en el mar, quizás –asistidos por la IA– exploremos ¿cómo el pensamiento liberal ha influido en muchos grandes hechos históricos que bien pueden considerarse éxitos en términos de progreso político, económico y social: Arrancamos con “la revolución heroica en Inglaterra en siglo XVII que condujo a la caída del rey James II, culminando en la ascensión de William III y Mary II al trono”. “Fue el establecimiento de la monarquía constitucional como el detonante en principio que el poder del monarca debe estar limitado por la ley y el Parlamento, lo que sentó las bases del liberalismo político”.
Pasamos a 1778, ni más ni menos, que a la fecha de independencia de los Estados Unidos. Las colonias declaran su independencia de la monarquía británica, y libran una revolución titánica contra el poder imperial más gigantesco del mundo. La lucha, los escritos que la impulsaron y la mantuvieran viva, “y la propia acta de independencia fue influenciada por las ideas liberales de filósofos como John Locke”. “La consagración del principio inherente de la libertad individual, del gobierno representativo, de la separación de poderes y de las verdades evidentes y derechos inalienables, en la búsqueda a la felicidad personal y colectiva de la naciente nación”. Una década después de aquel suceso inédito, “la revolución de los franceses derroca la monarquía absoluta para establecer la República”. Si bien el conflicto tuvo un desenlace violento y tumultuoso, “las ideas liberales, libertad, igualdad, fraternidad, quedaron grabadas de manera inmarcesible”. De ahí “el establecimiento de los derechos civiles aboliendo muchos de los privilegios feudales”. “Las revoluciones de mediados del siglo XIX en Europa en procura de reformas democráticas y nacionales, movidos por demandas de mayor libertad política, derechos civiles y la eliminación de la autocracia”. Si es cierto que “muchos fueron reprimidos, sentaron las bases para futuras reformas liberales”. “Los principios liberales de igualdad y de derechos humanos fueron fundamentales para el movimiento abolicionista de la esclavitud, entre ellos la emancipación en el Imperio Británico en 1833 y en Estados Unidos en 1865”. “El sufragio de las mujeres a finales del siglo XIX y principios del XX, nace de otro principio central de liberalismo, la igualdad de derechos de participación política”. El sufragio femenino fue contagioso en varios países occidentales a lo largo del siglo XX.
(Pero hay más –entra el Sisimite– ¿no sé si sabías que el conjunto de políticas y programas adoptadas por Franklin D. Roosevelt durante la gran depresión –aunque recurriendo a la intervención estatal– fue influido por las “ideas liberales de mejores de las condiciones de vida, seguridad económica y oportunidades igualitarias”? ¿Ah, y “que el proceso de descolonización del siglo pasado en Asia y África, recurriendo al derecho de autodeterminación e independencia política, fue impulsado por ideales liberales de libertad y soberanía nacional”? -Pues, si vos decís –interviene Winston– y por allí anduviste; cierro con otro gran evento. La caída del Muro de Berlín en 1989 que marcó el fin de la división alemana forzada durante la repartición territorial aliada de la Segunda Guerra Mundial, y que simbolizó el colapso del comunismo en Europa del Este, fue reflejo de los inquebrantables anhelos de libertad de los pueblos, la democracia y los derechos humanos, pilares incuestionables del liberalismo”. Estos ejemplos, para terminar de dar la “vuelta olímpica”).