En la capilla del Instituto Nacional Cardiopulmonar (INCP), se celebró el Miércoles de Ceniza, marcando el inicio de la Cuaresma, un período de 40 días de reflexión y preparación para la Pascua.
Durante las misas, los fieles reciben una cruz de ceniza en la frente como símbolo de penitencia y humildad, recordando las palabras «Recuerda que eres polvo y al polvo volverás».
El acto religioso con Cenizas invita a la conversión y al arrepentimiento, estableciendo el tono para el camino cuaresmal hacia la resurrección de Jesús.
El Miércoles de Ceniza es un día especial en la liturgia católica, no solo porque marca el inicio de la Cuaresma, sino también por su profundo significado.
Este día invita a los católicos a entrar en un periodo de arrepentimiento, reflexión, y preparación espiritual para la Pascua, el evento central de la fe cristiana que celebra la resurrección de Jesús.
Algunos de los aspectos clave del Miércoles de Ceniza son:
Marcación con Cenizas: Los fieles reciben una cruz de ceniza en la frente durante la misa. Estas cenizas provienen de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. Este signo es un recordatorio de la fragilidad humana y del llamado a la conversión.
El ayuno y la abstinencia: La Iglesia católica también marca este día con ayuno y abstinencia. Se espera que los fieles ayunen (comer menos de lo habitual) y se abstengan de comer carne, como una forma de penitencia.
El llamado a la conversión: El Miércoles de Ceniza es un día para reflexionar sobre la vida espiritual y renovar el compromiso de seguir el camino de Cristo. Es un tiempo para practicar las obras de misericordia, como el ayuno, la oración y la caridad.
La Cuaresma, que comienza con el Miércoles de Ceniza, dura 40 días (sin contar los domingos), y se considera un tiempo de preparación para la celebración de la Pascua. Durante este tiempo, los católicos suelen comprometerse a mejorar su vida espiritual a través de la oración, el sacrificio personal y el servicio a los demás.
Este día tiene una carga simbólica poderosa, ya que nos recuerda que somos mortales, pero también nos llama a la esperanza en la resurrección y a la reconciliación.