“QUÉ lindas palabras de Julito –mensaje de la amiga abogada– él también escribe bien. Sinceramente sus editoriales son medicina para el alma y especialmente para nuestros corazones a veces solitarios, sobreviviendo y forjando el camino; pero esto es así, y es nuestro deber vivir de la mejor manera, hacer el bien, procurar la justicia y ser feliz”. Una de las lectoras amigas que va en planillas: “Qué lindo se expresan de usted”. “Yo soy de las que me despierto con el tin-tin de su editorial”. “Espero ya pronto tener el tiempo libre para poder leer Kairós”. “Espero continuar el buen legado de mi abuelo; un político honrado y responsable, y con el de mi abuela”.
“Acertado análisis, –mensaje de la amiga doctora– Kairós es más que un libro es algo que trasciende el tiempo, de ahí su valor”. “Su significado literal es ‘momento adecuado y oportuno’, y en la teología cristiana se lo asocia con el ‘tiempo de Dios’”. “Allí llegan sus acciones y enseñanzas”. “Según Heráclito “no hay nada constante en el mundo del tiempo salvó el propio cambio” y es necesaria una guía en ese camino”. “Kairós es un inicio”. Un exalcalde lector: “Valioso escrito; nada mejor que de un gran estudioso como el rector de la Universidad José Cecilio del Valle”. “Gracias por compartir siempre sus editoriales de tan abundantes y valiosos temas; definitivamente Winston y el Sisimite nos alegran con su jocosidad”. El amigo lector que siempre ofrece un comentario como acuse de recibo al editorial: “Dicen que un presidente tiene que ser uno de los nuestros, pero no parecerlo”. “Tampoco una persona que no siente ni padece, sin llegar a ser canonizado como santo”. “Al final, como suele decirse, uno se da cuenta que es mejor haber ganado más aplausos y el cariño de un pueblo que dinero”. “Recordemos que la historia nos vigila y hay que hacer lo correcto”. La doctora diputada: “Totalmente de acuerdo; sus editoriales son prácticamente un oasis en medio de un desierto de falta de reflexión y conocimiento”. “Desafortunadamente tampoco vemos en el horizonte que esto vaya a cambiar, por el contrario, cada día se profundiza”. La amiga de los DD. HH.: “Cuánta razón tiene Julio Raudales en su artículo; gracias por regalarnos día a día, un poco de tanta sabiduría y culturizarnos en diferentes campos de nuestra realidad nacional e internacional e inclusive sensibilizarnos en nuestro actuar no solo con cada ser humano que respira en este mundo sino también con cada ser que tiene vida”. “Cómo usted dignificó el cargo”. Solo un malagradecido amargado, sin necesidad, puede referirse a “un presidente que no hable con los animales”.
(¿Y qué dicen –inquiere el Sisimite– allá en tu casa, de “hablar con los animales”? -Aunque ni cuenta se daban de eso, porque ya nadie lo lee, a no ser por la amiga lectora que lo menciona en su mensaje. -Lo que escuché decir –ironiza Winston– es que “no es con todos “los animales” que habla”. -A propósito –vuelve el Sisimite– de la gratitud, otros autores en ocasión de tributos recibidos: “No hay mejor recompensa para un escritor que el afecto de sus lectores”. (Mario Vargas Llosa). -O bien –interviene Winston– “La verdadera gratitud no es la que se dice, sino la que se siente en el corazón”. (Octavio Paz). -“El elogio –cita el Sisimite– que más agradezco no es el que halaga, sino el que entiende”. (Miguel de Unamuno). -Cerremos con estas palabras –propone Winston– “Escribí para que otros soñaran, y ahora descubro que he soñado con ustedes”. (Pablo Neruda) ).