Puede ser perfecto, aunque también hay muchas chances de que se desmorone todo el plan de un momento a otro.
El Atlético de Madrid apostará en un mes y pocos días toda su temporada, con 6 partidos que serán determinantes para sus aspiraciones en los tres objetivos que se planteó Diego Simeone para el curso 2024/2025: LaLiga, la Copa del Rey y la UEFA Champions League.
Por empezar, este martes 25 de febrero disputará la primera semifinal de la Copa del Rey con el FC Barcelona en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuic, recinto del que el Colchonero se llevó el triunfo por 2 a 1 el pasado 21 de diciembre cuando los equipos se enfrentaron por la jornada 18 del campeonato de la primera división del fútbol español.
La meta del Atlético de Madrid es llevarse un resultado que le permita encarar lo más cómodo posible el duelo definitorio (que dirime un lugar en la Final del 26 de abril en el Estadio La Cartuja de Sevilla) en el Estadio Metropolitano, establecido para el 2 de abril (la última de las 6 finales que tendrá el Atleti en apenas 36 días).
Pero una vez retorne de la Ciudad Condal, el Cholo deberá enfocarse inmediatamente en el choque con el Athletic Club de Bilbao del sábado primero de marzo. Será un cruce de alto vuelo porque el elenco vasco, cuarto a seis puntos de la cima de la tabla de posiciones, buscará quedarse con las tres unidades para prenderse decididamente en la discusión por el título de LaLiga.
Claramente, el raid de partidos electrizantes no termina ahí. Sin descanso, el martes 4 de marzo visitará, otra vez, el Estadio Santiago Bernabéu del que el pasado 8 de febrero se llevó un empate. En este caso será por la ida de los Octavos de Final de la Champions League, cuya vuelta está fijada en el feudo rojiblanco para el miércoles 12 del mismo mes.
Para cerrar el repaso, el 16 de marzo, el Atlético de Madrid recibe al FC Barcelona (es decir, dos semanas antes del cotejo de vuelta por la Copa del Rey) por la fecha 28 del certamen local. También puede marcar un antes y un después en la lucha por la consagración, pues si el Culé gana puede conseguir una diferencia irremontable y los del Cholo ya no dependerían de sí mismos. (Bolavip)