Marcio Enrique Sierra Mejía
Que los del Partido Libre ahora tengan el control del Estado y promuevan el dizque socialismo democrático que profesan, no ha beneficiado a los hondureños. Desde que tomaron el poder de Estado en enero 2022, las pírricas políticas emprendidas para reducir la desigualdad social, contrastan y avergüenzan la gobernanza que ejecutan, porque si bien por un lado, prohíben la minería a cielo abierto para proteger el medio ambiente, la eliminación de las ZEDES y la introducción de reformas tributarias para eliminar exenciones fiscales a sectores específicos; por otro lado, contribuyen a aumentar la corrupción que enriquecen ilícitamente a familias completas de dirigentes del partido, con fortunas inmensas, logradas sin trabajar productivamente y que no generan empleos, además, procuran alianzas con grandes capitalistas nacionales, para obtener beneficios bajo mesa o alianzas comerciales, que demuestran una agudización de las condiciones de concentración de la riqueza y, por tanto, de desigualdad social. El índice de
Gini, que es el indicador más apropiado para medir la desigualdad social (más cerca de cero es igualdad perfecta y más cerca de 100, demuestra alta desigualdad). Según este indicador, la desigualdad en Honduras se mantiene entre 53,4 y 48,2 entre 1912 y 2019, en el 2005, el coeficiente alcanzó 59,5 (indexmundi.com). ¿En cuánto estaremos al 2023? En Costa Rica, el índice de Gini en 2023 es de 46,7, mientras que El Salvador en 2022 es de 38,8.
No obstante que los socialistas refundacionales estaban consientes que Honduras, es uno de los países con mayor desigualdad social en América Latina, muy poco han hecho para reducir la brecha entre ricos y pobres. En los más del 65% de la población, la situación de pobreza ha empeorado y muchos que trabajaban en el sector informal, sin acceso a seguridad social, deciden tomar la ingrata emigración hacia los Estados Unidos. Por el contrario, observamos que la gobernanza del perverso gobierno socialista, se hace de la vista gorda y, en los 1136 días de gobernanza, contribuyen en casi nada, pero sí a concentrar la riqueza y dar oportunidades económicas focalizadas, en una pequeña elite de familias que controlan el gobierno y favorecen a los marxistas del Partido Libre. Ni siquiera han mejorado el acceso a la educación y menos la calidad y servicios de salud. Notándose la desigualdad especialmente en las zonas rurales e indígenas.
Igualmente, la corrupción en el sector público y privado obstaculiza la implementación de política sociales efectivas para reducir la desigualdad. Y no digamos la inseguridad y la falta de oportunidades de trabajo que causan el aumento de la tasa de migración. Concluyendo, el gobierno de la refundación socialista no ha sabido reducir la desigualdad y carecen de programas sociales y reformas económicas efectivas, porque en vez de contribuir a establecer la estabilidad política y la inversión en sectores claves, como la educación tecnológica y la infraestructura, centran la atención en fortalecer el sistema de dominación política autoritario cuasi fascista. Haciendo difícil la reducción de la desigualdad.