La magia de El Principito (1943), la obra esencial de Antoine de Saint Exupéry, que cuenta la historia de un joven de otro planeta que viaja a través del universo en busca de respuestas, reside en que, a pesar de su apariencia de cuento para niños, está lleno de mensajes sorprendentes para todas las edades, de aquí, que sea considerada una historia que guarda gran cantidad de sabiduría y de lecciones básicas para la vida. Ejemplos: (1) Sobre nuestro niño interior. Todos los mayores han sido primero niños, pero pocos lo recuerdan. (2) Sobre el amor. Al primer amor se le quiere más, al resto se le quiere mejor.
(3) Sobre el sacrificio. Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas. (4) Sobre la alegría y el cariño. Si vienes, por ejemplo, a las 4 de la tarde: desde las tres yo empezaría a ser dichoso. (5) Sobre el esfuerzo. Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos. (6) Sobre la verdadera belleza. Él se enamoró de sus flores, no de sus raíces, y en otoño no supo que hacer. (7) Sobre el cuidado de tus relaciones. Eres responsable por siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa.
(8) Sobre perseguir los sueños. Las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya. (9) Sobre lo que en verdad importa. Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos. (10) Sobre las falsas apariencias. Lo que veo es sólo corteza; lo más importante es invisible. (11) Sobre el afecto. Si alguien ama a una flor de la que solo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que la mires para ser dichoso. (12) Sobre la vulnerabilidad. Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden con sus espinas.
(13) Sobre la amistad. Yo la he regado, yo le maté a los gusanos, yo la he oído quejarse, alabarse y callarse. El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea importante. (14) Sobre el sentido de pertenencia. Si tú me domesticas, entonces necesitaremos el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo y yo seré para ti único en el mundo. (15) Sobre la partida de un ser querido. Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido. (16) Sobre las limitaciones de cada persona. Solo hay que pedir a cada uno lo que cada uno puede dar.
(17) Sobre reconocer nuestros errores. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio. (18) Sobre los límites personales. Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar. (19) Sobre no desfallecer. Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió. Y (20) Sobre el darse a conocer. Pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse.
J.J. Pérez López.
Barrio El Manchén.
Tegucigalpa, M.D.C.