Carolina Alduvín
La semana anterior se celebró el Día de la Mujer en Honduras, conmemorando el 70° aniversario de que les fueran reconocidos sus derechos políticos, mismos que a lo largo de todas estas décadas se han ejercido de manera muy parcial debido a diversas circunstancias. No obstante; hay avances, como esos que permiten a demasiadas ilusas fantasear con que han conseguido el cien por cien de los puestos del primer en el Ejecutivo. Prefieren ignorar que es el usurpador el que gobierna; que cuando se rebela, desaparece de la escena pública debido a que sus contusiones deben sanar, que no hay maquillaje capaz de disimular hematomas faciales; que el puesto se consiguió a punta de soportar consuetudinariamente lo anterior, sumado a todo tipo de indiscreciones públicas y privadas, a tal grado que la perfilada sucesora también es la segunda en el amplio condominio al que un gran bigote adorna.
En los siguientes niveles, las mujeres han sido exitosas y competitivas, no todas, sí la gran mayoría, muchas veces mejores y más eficientes que sus contrapartes. En los otros poderes se han mostrado más sumisas, más plegadas a las voces cantantes, no conviene actuar en forma disidente; ahí los privilegios son más marcados, duraderos y dignos de agachar un tanto la cabeza. Muchas terminan filtrando los abusos y acosos de los que se sienten víctimas, cuando no supieron manejar oportunamente las situaciones que, más rápido o más lento las llevan al punto donde los sentimientos son encontrados. Tales habilidades corresponden a un tipo de inteligencia, a cuyo reparto por lo general llegan tarde y aparentemente están muy ligadas a la necesidad de figurar. Cuando aprendan a equilibrar dichas tendencias, habrán avanzado.
Por ahora hay que participar con lo que hay y por lo que hay; las campañas comenzaron oficialmente hace muy pocos días y no van a durar tanto como quisieran, por tanto, la tentación de aventar todo el combustible a la hornilla y la disminuida facultad para el cálculo, las hará presa fácil para las inevitables negociaciones que suelen darse luego que dos o más deben fundirse en uno. Los reacomodos no darán con facilidad o la debida naturalidad, sino que la presión hará que la unidad se rompa por los puntos más débiles y adivinen cuáles son. Los foros se abren aquí y allá; cabe preguntarse sí, después de tantos discursos similares… ¿tendremos los mismos ya conocidos resultados? ¿parecidas prácticas, sesiones de tira y afloja, plegamientos y traiciones vistas, oídas, leídas y reportadas en más de cuatro décadas de vida democrática?
Las feministas se han llamado a silencio ante la decepcionante figura que, por primera vez en la historia ocupa el solio presidencial. Con resignación hay que mirar hacia otro lado, porque las peores son las que han salido a representarnos: una ama de casa que no manda ni en ese ámbito y una científica que, si tuviera méritos en el campo, estuviera siendo postulada a los principales galardones en la materia, en lugar de estar sometida a los lineamientos y caprichos de un político acomplejado, que nunca dio la cara más allá de su púlpito palaciego y hoy se esconde en lo profundo de la selva tabasqueña. Vaya padrinos…
Hoy que a ambas se les acabó el retozo a la sombra de un gobierno supranacional complaciente con su retrógrada ideología, se atreven a sacar la cabeza y vociferar como si estuvieran con una batería de platos en la retaguardia que aventar a la cabeza de quien las llama al orden. Se han doblado al primer sombrerazo, una mediante la burla al migrante, titulada: HERMANO VUELVE A CASA, seguida de una serie de sandeces de las cuáles nos reímos por no llorar. En vista de la cercanía de nuevos comicios primarios y generales, ofrece exactamente lo que les ha arrebatado a los que han tenido el aguante para seguir esforzándose por no migrar, los empleos con salario miserables, las inversiones que se retiran día a día y el ahuyentar a las potenciales nuevas. Sin acceso a los servicios públicos más básicos para la condición humana.
Por su parte, la presirvienta clama: México te abraza con inseguridad a la vuelta de cada esquina, impresionante infraestructura de salud vacía de insumos y llena de indoctrinadores, con proyectos faraónicos que no funcionan y totalmente a merced de sus socios narcotraficantes y que pueden emprender sí y sólo sí pagan derecho de piso, así que ¡Bienvenido paisano!