José María Leiva Leiva
En nuestro diario vivir, nos encontramos con personas de todo tipo. Y dentro de ellas, con gente fantástica que le da valor agregado, y un encanto especial a nuestra existencia. Son verdaderos tesoros humanos, y a ellos deseo referirme en este artículo, dividido en tres relatos. El primero de Lorena Pronsky, psicóloga y escritora argentina. Mire usted qué belleza de escrito: “Hay gente que te la hace fácil. Que te allana el camino. Que te corre las piedras que vos no viste, porque estabas demorado en otro pantano. Gente que festeja tu sonrisa. Que te pone una manta, porque como tiene frío, se adelanta al tuyo. Gente que escucha con el corazón y mirándote a los ojos. Gente a la que no le importa gastar un minuto en discutir algo que no le suma a ninguna de las dos partes”.
“Es gente que te cuida. Te valora y te respeta, sobre todo cuando estás ausente. Es gente que te quiere sin vueltas. Sin enrosques. Sin pedido de facturas ni reproches. Gente que te elige por tu compañía. Por quién sos. Porque acepta tu herida y tu belleza. Gente buena, que acompaña tu dolor sin cuestionarlo, tus decisiones sin juzgarlas. Gente que vuela con tu vuelo y te recuerda los tres deseos que te tocan para tu cumpleaños. Gente que alimenta tu alma. Que se alegra por tu existencia, la celebra. Gente que sana, que cura, que salva. Esa gente se vuelve imprescindible. Le da sentido a tu mundo cuando de vez en cuando se te apaga. Esa gente es necesaria, se le cuida como oro, y uno tiene que valorarla cuando, está no cuando hace falta. Es gente que sí. A esa gente se la ama. Y punto”.
El segundo, es de autoría desconocida y habla de la gente medicina. Gente que tiene en sus brazos un bálsamo que calma los dolores; gente cuya voz tranquiliza a los demonios y trae de regreso la esperanza con una palmada; hay gente que limpia tu espejo para que puedas volver a verte como realmente eres; gente que escucha, que mira a los ojos, que rearma lo que se rompió con una taza de café y una buena conversación; limpian los escombros de un derrumbe que no provocaron; hay que gente con la que uno sonríe sin motivo, gente que abraza incluso en nuestros espacios oscuros sin prejuicios y sin señalar.
Hay gente que no se aprovecha de nuestra vulnerabilidad, que tampoco te obligan a estar bien; hay gente que trae vendas que le sobraron de su propia tragedia y te las ponen en tus heridas; aparecen sin que los llames, aunque siempre contestan si lo haces; te reconocen el dolor, aunque lo maquilles y sonrías; gente que en lugar de decirte que ya no llores más, llora contigo, camina contigo, te muestra los caminos que no logras reconocer. Larga vida a esa gente que cura, que ama, que sana, que aparece cuando la necesitas, que no abandona, que espera, que abraza. Larga vida a esa gente que es medicina.
Y tercero, la canción de El Arrebato, Gente Luminosa. Cuya letra dice: Me quedo con quién me cuida. Me quedo con quién me valora. Con quién me hace reír Y ríe conmigo, da igual la hora. Me quedo con quién escucha atentamente mi desahogo, Con quién procura mi bien. Con quién se queda a pesar de todo.
Me quedo con quién me pide Ponme un WhatsApp cuándo llegues, y se alegra más que yo Si tuve un golpe de suerte, Me quedo con esa magia De una lágrima compartida, Me quedo con quién me ayudó a encontrar aquella salida. Qué guapa es La gente luminosa, La que baila porque sí, La que sonríe a todas horas, Con la que respiras lento, La que te regala tiempo, Y si un día no lo tiene Lo fabrica para ti. Me quedo con quién enciende Bombillas en mi camino, Saca lo bueno de mí, Y me hace sentirme vivo.
Qué guapa es La gente luminosa. Esa que no se preocupa de la marca de tu ropa La que pone a la alegría Siempre en su menú del día, Gente que ilumina el mundo, Gente guapa cómo tú, Gente que hace lo que sientan, aunque sea temblando, Que le saca la lengua a la vida, sin hacer daño, Y si sube la marea, no va a soltar tu mano, Gente que ahuyenta las nubes negras Porque tiene el poder de la luz. Mi opinión: Si usted amable lector tiene personas así a su alrededor, cuídelas, ámelas. Hoy están en peligro de extinción.