- Para el año 2030, el 70% de la juventud en América Latina trabajará en el sector servicios, alejándose de empleos agrícolas y manufactureros.
- Sin políticas públicas para hacer frente a los nuevos desafíos laborales, la juventud podría enfrentar mayores tasas de desempleo e inestabilidad.
- Honduras es uno de los países analizados para llevar a cabo la proyección.
Un estudio prospectivo de Ayuda en Acción y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta que la juventud en América Latina experimentará cambios sustanciales en sus oportunidades laborales hacia 2030. En un contexto donde los empleos tradicionales en agricultura y manufactura se están reduciendo, la mayoría de jóvenes ingresará al sector servicios, cuya expansión plantea serios desafíos de productividad y sostenibilidad. En el estudio se encuentra Honduras como uno de los países analizados para llevar a cabo la proyección.
A corto plazo, el cambio de sectores laborales podría ofrecer oportunidades de empleo formal a la juventud de la región. Sin embargo, el estudio subraya el riesgo de que, a mediano plazo, ante la falta de políticas públicas que se anticipen a los impactos de estas transformaciones, con la rápida expansión del sector servicios podría haber un aumento en la precariedad laboral y el desempleo juvenil.
«Sin políticas públicas específicas para mitigar estos riesgos, las tasas de desempleo e inestabilidad laboral podrían crecer, sobre todo ante el impacto del cambio climático y otros procesos migratorios que intensifican la competencia laboral en zonas urbanas,» señala Matías Figueroa, director de Programa Europa de Ayuda en Acción.
Desafíos y proyecciones para 2030
El análisis de Ayuda en Acción y CEPAL plantea un escenario realista donde el 70% de la juventud ocupada en 2030 se concentraría en el sector servicios: el 34,6% en los servicios públicos y empresas, el 30,2% en comercio y el 6,4% en servicios básicos. Mientras que el 13,3% se ubicaría en manufactura, el 8,2% en agricultura y el 7,4% en construcción (7,4%).
En Honduras, la mayor disminución de empleos juveniles se proyecta en la industria manufacturera, seguida del sector agrícola. En contraste, el sector de servicios públicos y empresariales apenas registrará cambios en la participación juvenil. Por otro lado, el sector de la construcción mostrará un aumento en la proporción de jóvenes empleados, mientras que el sector de servicios básicos sufrirá una disminución.
Esto refleja una redistribución del empleo juvenil, con sectores clave perdiendo fuerza mientras otros emergen como nuevas oportunidades.
“La juventud tiene el potencial de ser un motor de cambio estructural en Honduras y América Latina. Es esencial que sus necesidades y aspiraciones se conviertan en el centro de las políticas de desarrollo en la región para garantizar un futuro laboral digno y sostenible,” añade Jesus Pérez Marty, Director de País de Ayuda en Accion Honduras.
Estrategias y recomendaciones: áreas clave de acción para 2030
Para contrarrestar estos desafíos y garantizar empleos dignos para los jóvenes, Ayuda en Acción y CEPAL destacan áreas prioritarias que requieren atención urgente:
- Formalización del empleo juvenil: El estudio recomienda la implementación de programas orientados a reducir la alta tasa de informalidad laboral que afecta a las personas jóvenes de la región, brindando protección social y mejorando la calidad de los empleos.
- Generación de empleos de calidad: La promoción de empleo juvenil debe enfocarse en sectores de alto valor, con especial atención a servicios públicos, tecnología y energías sostenibles, sectores que ofrecen mayor estabilidad y oportunidades de desarrollo.
- Reducción de las brechas de género: Combatir las desigualdades de género en el mercado laboral resulta esencial para garantizar la inclusión de las mujeres jóvenes en empleos de calidad, promoviendo la equidad en las oportunidades.
- Fortalecimiento de sistemas de información laboral: Dotar a las personas responsables de la elaboración de políticas públicas y a la juventud de datos actualizados y fiables sobre el funcionamiento del mercado laboral es fundamental para facilitar su inserción laboral y mejorar la calidad de sus empleos.
- Invertir en educación y formación: Fortalecer los programas de capacitación profesional y reforzar la calidad de la educación y la formación técnica permitirán a la juventud responder a las demandas cambiantes del mercado laboral, especialmente en un entorno de alta automatización y transformación digital.
“Invertir en la juventud es lo más justo socialmente, pero también es lo más inteligente para el futuro de la región. Esto requiere una concepción integral de las políticas hacia adolescentes y jóvenes, trabajando activamente para superar las brechas existentes y reducir las desigualdades”, valora Matías Figueroa. “Asimismo, es esencial que las políticas enfocadas en las juventudes incluyan la participación de las personas jóvenes en la toma de decisiones y en la formulación de las políticas que les atañen”, concluye Andrés Espejo, oficial de asuntos económicos de la CEPAL participante del estudio.