Carlos Medrano – Periodista
El dinero que roban los funcionarios públicos, coludidos con otros sectores de la hondureñidad, tienen prácticamente en “la lona” a Honduras, ya que muchos de los recursos que obtiene el país por préstamos internacionales e internos y los impuestos que todos pagamos, son sustraídos, dilapidados o desviados para otros fines particulares.
El pueblo mientras tanto sigue más pobre, miserable, sin trabajo, sin posibilidades de salir adelante, sin servicios de salud adecuados, con precaria educación, sin buena seguridad y con un Estado de Derecho e Institucionalidad en precario.
De acuerdo con el estudio elaborado por El Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH), USAID y el Centro Contra la Corrupción y la Impunidad en el Norte de Centroamérica ha presentado un informe en el cual desglosa la corrupción ocurrida en el Triángulo Norte entre 1999 y el 2023.
Solo en los casos más emblemáticos señalados dentro de este informe, están siete asuntos puntuales, los cuales representan la pérdida de más de 3,500 millones de dólares en contra del erario público.
El documento describe como el poder político se ha apoderado de la institucionalidad encargada de investigar, procesar y castigar a la corrupción, haciendo organismos cada día más inútiles, improductivos e inoperativos, todo para sustraer los recursos del gobierno para su beneficio sin tener ninguna repercusión por enriquecerse ilícitamente.
Para muestra un botón, la mayoría de grandes casos de corrupción en las últimas décadas ya en su mayoría fueron sobreseídos con muy poca gente pagando su delito, otros se pasean por los malls con sus trajes importados y otros son invitados a las grandes fiestas y bodas que se realizan en nuestra nación, apareciendo en las revistas sociales como “altas perperas”.
El Chinazo ($500 millones); El Petrolazo ($140 millones); IICEHSA (Lps. 132 millones); PRAF-Salud (Lps. 525 millones); Desfalco al IHSS ($200 millones); Trans-450 ($ 90 millones) y Hospitales Móviles ($47.5 millones), son entre otros, los escándalos de corrupción más sonados en las últimas décadas.
El Informe establece que en Honduras ya nos acostumbramos a la corrupción y para la sociedad ya es normal aceptar la corrupción como algo cotidiano, con frases como “aquí todo se lo roban”, “hay que tener buen cuello”, “sin carta de recomendación es difícil colarse en el gobierno”, “si me dan una aduana yo les trabajo ad-honoren”, “a mí que sólo me pongan donde hay y yo me encargo de lo demás”.
El último batacazo recibido sobre este pobre país es el anuncio de la Corporación de Desafío del Milenio (MCC, por sus siglas en inglés) que por 15 años consecutivos Honduras no podrá acceder a los recursos que ofrece el gobierno estadounidense para financiar obras de infraestructura y programas productivos.
El Gobierno de Juan Orlando Hernández destacado por la enorme cantidad de escándalos y casos de corrupción y hoy el Gobierno de la presidenta Xiomara Castro, se unen a esta estela gris al no poder obtener estos recursos que son gratis, por no poder combatir la corrupción pública de manera enérgica y contundente.
Esta administración recibió esta negación estadounidense, debido a no lograr traer la CICIH y crear legislaciones lesivas para el combate a la corrupción pública y privada, entre otros.
La corrupción nos está destruyendo y nos liquidará si el poder político no deja de robar, si los diputados no legislan para crear organismos con músculo que puedan enfrentar a este monstruo de 1,000 cabezas y si no hacemos todos un pacto contra la impunidad y la corrupción que revierta esta lamentable realidad hondureña.