Carlos G. Cálix
La respuesta a la interrogante planteada es: no. De hecho, hasta hace un año, al 61% de la población en edad de votar no le importaban las elecciones primarias y su principal explicación se basaba en que no han marcado una diferencia significativa de cara a las elecciones generales. Además de estar completamente seguros que su voto no se relacionaba con un partido político en particular, la falta de confianza en el proceso y las dudas que genera el uso del dinero para ese menester, aumentaban en los independientes la desafección política provocada por los potenciales aspirantes a la presidencia de la república. A efectos prácticos, un año después, esta población tampoco ve resultados positivos en la mayoría de los diputados que van a reelección.
Como antecedente, en noviembre de 2023, Macrodato hizo público el estudio de opinión “Ciudadanía y los candidatos independientes”, entre otros temas, identificando lo siguiente:
• 61% de los votantes no estaban relacionados con un partido político en particular.
• 46% de los electores no votaría por el Partido Nacional de Honduras, 28% sí votaría y 26% no sabía.
• Cerca del 60% de los ciudadanos estaba dispuesto a votar por un candidato independiente en las próximas elecciones.
• 44% de la población creía que un candidato independiente sí tenía la oportunidad real de ganar en las elecciones generales y que, la integridad y capacidad de gestión eran las principales cualidades que debería de tener.
Un año después, el panorama político hondureño ha cambiado. La efervescencia en el Partido Liberal de Honduras (PLH) y el resurgimiento del Partido Nacional de Honduras (PNH) comienza a sentirse con mayor ímpetu, pese a la pretendida censura moral que han impulsado desde el Partido Libertad y Refundación (Libre). Motivo por el cual, pronto se estará publicando la versión 2024 del estudio antes mencionado, con datos que podrán ayudar a los estrategas a tomar mejores decisiones y a la población en general a decidirse por el candidato a o b.
Mientras eso llega, Honduras sigue experimentado la misma crisis política y social que erosiona la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. La polarización política, el clientelismo y la corrupción continúan llevado a un creciente desencanto con los partidos tradicionales, como el PLH, el PNH y ahora el Partido Libre, en el cual se identifica un 33% de sus militantes altamente descontentos con la forma de gobernar de la presidenta que los representa.
Pese a ello, las elecciones primarias, que se celebran cada cuatro años, son vistas como un mecanismo para resolver conflictos internos dentro de los partidos y seleccionar a los candidatos que competirán en las elecciones generales. Sin embargo, la participación en estas primarias ha sido objeto de debate, especialmente considerando que muchos ciudadanos se sienten desilusionados con el sistema político actual.
A pesar de la desconfianza hacia los partidos, las elecciones primarias en Honduras han mostrado niveles de participación relativamente altos. En las últimas primarias, se registró una participación significativa, lo que indica que, a pesar de la desconfianza, cerca de un 40% de los ciudadanos valoran participar en el proceso electoral. Sin embargo, es importante destacar que una parte considerable de la población se identifica como independiente, lo que refleja un deseo de distanciarse de algunos partidos tradicionales.
Los independientes representan un segmento importante del electorado que busca alternativas a las opciones ofrecidas por los partidos establecidos. Este grupo ha crecido en los últimos años, impulsado por la insatisfacción con la política tradicional y la búsqueda de una representación más auténtica. Las elecciones primarias, por lo tanto, se convierten en un espacio donde los independientes pueden influir en el proceso político.
Además, el sistema de primarias ha sido criticado por su falta de transparencia y rendición de cuentas. A menudo, los procesos internos están marcados por prácticas clientelistas, donde los candidatos invierten recursos significativos para ganar apoyo, lo que puede distorsionar la verdadera representación de los intereses de los votantes. Esto es especialmente preocupante en un contexto donde el 61% de la población no confía en los partidos, ya que refuerza la percepción de que las elecciones primarias son más un ejercicio de poder interno que un verdadero reflejo de la voluntad popular.
De hecho, la voluntad popular de los independientes pasa por una representación política que refleje sus intereses y necesidades. Desean opciones que promuevan la transparencia, la lucha contra la corrupción y políticas que aborden los problemas sociales. Además, valoran la mejora en la economía.
Bajo ese principio, como dicen en el Instituto Mises y basado en la tradición misesiana/rothbardiana, de que la libertad económica siempre triunfa sobre la esclavitud económica del intervencionismo y el socialismo, nos vemos en el futuro cercano.
[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias y director general de MacroDato. Posdoctorado IIESS-CONICET.