“COMO cambian los tiempos –mensaje abogado amigo– lejos de imaginar que un editorial sería interactivo con un colectivo que sabe de todo”. “A mí me molestan –escribe la nieta– aquí mis amigos, por decir “ocupo”. Así que hicimos la consulta al Chat-GPT: “La extrañeza que algunas personas sienten ante el uso de “ocupo” en expresiones como “ocupo hacer tal cosa” o “ocupo tal cosa” tiene que ver con diferencias regionales y sociolingüísticas en el uso del español”. “Este término es una característica muy común del español hablado en México (particularmente en el norte), Centroamérica, y algunas partes del Caribe y Sudamérica, donde “ocupar” tiene un significado que va más allá de su uso formal o académico”.
“En el español normativo o más formal, “ocupar” se emplea principalmente en estos sentidos: Tomar un lugar o espacio físico: Ejemplo: “La mesa ocupa demasiado espacio”. “Ocuparse en algo (dedicarse a algo): Ejemplo: “Él se ocupa de sus tareas con responsabilidad”. “Referirse al estado de estar ocupado: Ejemplo: “No puedo atenderte ahora, estoy ocupado”. Uso coloquial o regional: “Ocupar” adquiere un significado ampliado y coloquial que equivale a “necesitar”. Por ejemplo: “Ocupo dinero para el pasaje”. (Necesito dinero para el pasaje). “Ocupo hablar con vos”. (Necesito hablar contigo)”. “Este uso está completamente aceptado y es cotidiano en estas regiones. Sin embargo, en países como España o en el Cono Sur (Argentina, Uruguay), este uso no es común y puede sonar extraño o incluso incorrecto a los oídos de quienes no están familiarizados con él”. ¿De dónde viene este uso?: “El uso de “ocupar” como sinónimo de “necesitar” tiene raíces antiguas y es una extensión semántica que se desarrolló en ciertos dialectos del español”: “En latín, “occupare” significaba “adueñarse de algo” o “preocuparse por algo”. “En algunos dialectos del español, esta idea evolucionó hacia “necesitar” como una preocupación o interés urgente por algo”. Procesos de simplificación lingüística: “En el habla cotidiana, se tiende a usar verbos más simples o frecuentes para múltiples propósitos. “Ocupar” se volvió una alternativa sencilla a “necesitar” en regiones específicas”. “Regionalismo consolidado: En Centroamérica y partes del norte de México, este uso se consolidó como parte del léxico popular y coloquial”. “Por eso, aunque no sea “correcto” según las reglas formales de la lengua, es completamente válido en su contexto regional”. “En última instancia, lo que podría sonar “extraño” a alguien es solo otra prueba de la riqueza y diversidad del español”. “¡Y eso es parte de lo que lo hace tan fascinante!”. (Fin de la explicación). Un lector del colectivo: “Ingenioso el colmo de Winston: “Ser un Churchill y no poder encender un puro”. “¿Sabe cuál es el colmo de un escritor? Tener una vida tan aburrida que ni el mismo quiera escribirla.” (Y vos –entra el Sisimite– ¿ocupas algo? -De momento –responde Winston– solo ocupo hablar con vos. ¿Y ese tu colmo –vuelve el Sisimite– que ni siquiera podés encender un puro? –Es puro cuento –ironiza Winston– claro que sí puedo prender la llama de un pensamiento “puro”. Como el colmo de un político: Prometer el cielo y la tierra para que, cuando esté dos pies bajo tierra, ir a parar al infierno. -Sabías –vuelve el Sisimite– ¿cuál es otro colmo de un político? Prometer cambios, pero en carro automático sin caja mecánica. -Si solo eso fuera –ironiza Winston– pero muchos de ellos quieren “encabezar” causas que no tienen “ni pies ni cabeza”. -Y cuál dirías –interrumpe el Sisimite– que sea el chasco de un político? -Qué te podría decir –responde Winston– qué después de echarse un largo discurso creyendo haber convencido al auditorio, le digan: “¿y entonces?” A propósito del ¿y entonces?, ¿sabías cuál era su otra zafada? He escuchado decir –responde Winston– que despedirse de la gente que lo visitaba diciéndoles: “En eso quedamos”. Solo que muchos al salir, confundidos sobre lo que habían arreglado, quedaban intrigados preguntándose unos a otros ¿y en qué fue que quedamos?).