Occidente quiere una escalada del conflicto en Ucrania, dijo este martes el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, durante una rueda de prensa en Brasil donde asistió a la cumbre del G20.
«Es una señal de que buscan una escalada», dijo el jefe de la diplomacia rusa.
Insistió en que sin la participación de especialistas estadounidenses es imposible usar los misiles balísticos de fabricación norteamericana ATACMS que golpearon anoche la región fronteriza rusa de Briansk.
Lavrov se remitió a las palabras del presidente ruso, Vladímir Putin, quien habló previamente de una implicación directa de la OTAN en la guerra en caso de la autorización de ataques en territorio ruso con armas de largo alcance occidentales.
Asimismo, recordó que hoy fue aprobada la nueva doctrina nuclear rusa y confió en que los dirigentes occidentales la «estudiarán bien».
La doctrina, que sustituye a la promulgada en 2020, autoriza un ataque nuclear en caso de que el ataque convencional enemigo suponga «una amenaza crítica para la soberanía y (o) integridad territorial» de los países que integran la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia.
Además, considerará «ataque conjunto» la agresión de un país que carezca de armamento atómico, pero que tenga el respaldo -implique o no su participación directa- de una potencia nuclear.
El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó horas antes el primer ataque ucraniano con misiles ATACMS contra una instalación militar en territorio ruso.
Según el parte de guerra, cinco misiles fueron derribados y los fragmentos de un sexto impactó en el recinto de una instalación militar en Briansk sin causar víctimas ni daños.
Previamente, el Estado Mayor ucraniano había informado, sin dar detalles del armamento utilizado, sobre un ataque exitoso contra un arsenal del Ejército ruso en Briansk.
Según informaron el domingo medios occidentales, el presidente de EEUU, Joe Biden, autorizó a Kiev el empleo de misiles de largo alcance contra objetivos en territorio ruso. EFE