El presidente chino, Xi Jinping, calificó la crisis demográfica como un «asunto vital» para el país y pidió esfuerzos para combatir la caída de la tasa de natalidad y del tamaño de la población, que ya no es la mayor del mundo después de que India le superase el año pasado.
Qiushi, la revista sobre teoría y noticias del Partido Comunista de China (PCCh), publicó este sábado un artículo con pasajes del discurso que Xi pronunció en mayo del año pasado ante la Comisión Central de Asuntos Financieros y Económicos.
En él, el mandatario reconoce que la tendencia demográfica de China ha pasado de ser una de expansión a una de declive, marcada por el desplome de la tasa de fertilidad -en mínimos históricos incluso tras el final de la política de hijo único-, el envejecimiento y los desequilibrios regionales en materia de población.
«La transformación de la población es rápida y la reducción de la población ha llegado antes de lo que se esperaba, pero sigue en general el patrón de modernización a nivel mundial», explica Xi, que se reafirma en que las políticas de planificación familiar impulsadas por Pekín desde hace décadas han sido «correctas y efectivas».
La coyuntura se traducirá en impactos negativos sobre el desarrollo a raíz de una reducción de la mano de obra o una disminución del consumo y de la inercia de inversión, apunta.
No obstante, Xi también ve «algunos efectos positivos» en la reducción de la población, poniendo como ejemplo una menor presión sobre los recursos y el medio ambiente o la necesidad de cambiar a un modelo de desarrollo económico «intensivo».
«No podemos mirarlo solo desde un lado. Se necesita ver algunas cuestiones a largo plazo y no podemos tener prisa por sacar conclusiones», indicó el también secretario general del PCCh, quien pidió «trabajar para maximizar los beneficios y evitar los daños» en materia demográfica.
China cerró 2023 con 1.409,7 millones de habitantes, un 0,14 % menos que en 2022, año en que la población ya cayó en 850.000 personas, marcando el primer descenso desde 1961, cuando la fallida política del Gran Salto Adelante provocó grandes hambrunas.
El gigante asiático permite desde 2021 a sus ciudadanos tener un tercer hijo, aunque la decisión no ha sido acogida con gran entusiasmo por la población, debido tanto a la carga económica que supone la crianza como a la prioridad que se da a la carrera laboral. En 2023, la cifra oficial de nacimientos fue de 9,02 millones, el más bajo desde que arrancó la serie histórica, en 1949.
Durante el XX Congreso del Partido Comunista Chino, celebrado en 2022, el partido gobernante enfatizó que el país necesita un sistema que «aumente las tasas de natalidad y reduzca los costos del embarazo, el parto, la escolarización y la crianza». EFE
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