Lester Amador
Visión de mundo de la obra
El libro “Fervor de Otoño”, escrito por autor hondureño Nery Alexis Gaitán, es una serie de historias que relatan los últimos momentos de vida de las personas mayores, denominadas en ciertas ocasiones “viejitos”. La obra muestra que los ancianos también son importantes y que desean seguir viviendo; ellos quieren vivir en plenitud los últimos años que pasarán en este mundo.
El libro posee una reflexión de vida basada en el tiempo, que consiste en aprovechar cada instante de tiempo al máximo. Los personajes son símbolo de la experiencia y cada uno refleja una forma diferente de actuar en la vida. La obra traslada a los personajes hacia el pasado, para mostrarles lo que han hecho y así ellos puedan reflexionar sobre lo que han realizado; lo bueno y lo malo de sus vidas.
“La vejez es honorable con esta condición: que ella misma se defienda, que mantenga sus derechos, que no se deje someter por nadie y que sea capaz de dominar sobre los suyos hasta su último suspiro. El fruto de la vejez es, como dije con frecuencia, el recuerdo y la abundancia de los bienes adquiridos antes. El buen juicio, la razón y la prudencia están en los ancianos” (Cicerón, 106-43 a. C.).
Entiendo que la vejez es una acumulación de experiencias y momentos que se reflejan en los veteranos, es decir, es la conclusión de la vida. Como lo manifiesta Cicerón, la vejez es sinónimo de sabiduría, siempre y cuando se haya sabido aprovechar cada momento de la vida. La sabiduría se alcanza con los años, aprovechando cada momento y no malgastando la existencia.
El título del libro hace referencia al “Fervor de Otoño”, es decir, vivir con intensidad esa etapa última de la vida en este mundo. Fervor es entusiasmo, por eso el libro presenta un fervor en los personajes, los cuales desean vivir intensamente sus últimos momentos, ya sea recordando su tiempo pasado o pensando en vivir más allá del mañana y existir para siempre. Otoño se refiere a la parte final de las personas, es el tiempo tardío en la vida; el otoño es la etapa marchita de la vida antes de pasar a la muerte o sea el final.
Visión de mundo del autor
El autor presenta esta obra como una serie de historias sobre personas longevas, que viven sus últimos instantes de tiempo con mucho fervor. Trata de hacernos reflexionar sobre nuestro tiempo terrenal, nos hace recapacitar para entender y comprender la belleza del momento. Todos los personajes que presenta Gaitán en la obra son ancianos, adultos mayores, personas de la tercera edad, “viejitos” o cualquier apelativo que se le quiera dar a las personas que están viviendo el otoño de su vida. Así como algunos personajes no son capaces de disfrutar el momento de la vejez, otros buscan la felicidad a pesar de todo.
Según Gaitán (2012) el tiempo es muy importante y hay que saber existir cada día, independientemente de la edad cronológica hay que vivir el momento. También manifiesta que todo lo maravilloso que no es en este momento: no es real, lo único real es el instante. Nos orienta a no perder el tiempo en situaciones intrascendentes, ya que nos incita a aprovechar las cosas que sí valen la pena.
Visión de mundo personal
Me parece una obra muy interesante, ya que la etapa de la vejez no toda la gente la llega a vivir, debido a que la muerte puede alcanzar a las personas antes de lo esperado. Me parece interesante que el autor resalta los rasgos físicos de las personas mayores, tales como: cabello, el cuerpo o figura, arrugas, ojos y otros; pero el autor resalta mayormente los valores, los sentimientos y las vivencias de estos personajes, ya que eso es lo más importante en la vida.
Pienso que la vejez debe ser una etapa de tranquilidad y reflexión para las personas, si es posible debe vivirse junto a los seres queridos, dejando atrás lo malo y apreciando lo bueno que es vivir el momento. Así como la obra lo sugiere, las personas longevas deben vivir con intensidad como si fuera el último momento que les quedara en este mundo. Creo que los familiares y gente cercana a los personas de la tercera edad deben ser capaces de adaptarse a la situación, para que los últimos momentos de estos ancianos sean de paz y tranquilidad.
Esencia de “Fervor de Otoño”
La obra literaria “Fervor de Otoño” es una serie de relatos que hablan sobre vivencias de personas que tienen edades avanzadas, quienes rememoran el pasado y atesoran esos momentos maravillosos que tuvieron en su juventud. Es una combinación de historias tristes y felices llenas de momentos que nunca se olvidan, que presentan las experiencias que viven las personas longevas en sus últimos años de vida. El libro tiene como personajes protagonistas a los adultos mayores, quienes representan una mezcla de experiencias vividas, experiencias buenas, malas y regulares que deben servir de aprendizaje a cada persona que desea vivir en plenitud.
“Sentada a la orilla de un lago, yace su cuerpo, en su mano izquierda aprisiona el medallón, símbolo de su amor. Hoy he venido por ti –dice el amante–. La toma de la mano, y juntos abandonan el asilo, serenos, dichosos; la inmensidad los espera” (Gaitán, 2011).
Esta cita es parte del primer relato del libro denominado “Sonata de la felicidad primera”, en este relato se muestra la importancia del amor en las personas, sin importar la edad ya que el amor perdura con el tiempo. Cuenta la historia de una mujer de edad avanzada que añora un sueño y pide un deseo a una estrella fugaz, el deseo de ser joven y llena de vida a la par de su amado, ese deseo se ve cristalizado en su imaginación a través de la magia de los sueños y de los recuerdos. Ella rememora sus momentos maravillosos del pasado a través de la remembranza, y vuelve a sentir ese amor que tiene por su amado, él le corresponde con amor. Al final de la historia ella ve realizado sus sueños, ya que por fin estará nuevamente con su amado, y dejará de vivir en el pasado para pasar a vivir en la inmensidad y la eternidad.
El libro en varios de sus relatos presenta un escenario interesante: Una mesa oval con un reloj de época antigua. Para mí lo anterior tiene que ver con el tiempo, debido a que el reloj es el instrumento que mide la vida temporal. El reloj de época antigua representa la cantidad de años que se han vivido y todas las experiencias que esto conlleva.
«La edad adulta tardía es también una época para jugar, para rescatar una cualidad infantil esencial para la creatividad. Aun a medida que las funciones del cuerpo se debilitan y la energía sexual puede disminuir, las personas pueden disfrutar una experiencia enriquecida, corporal y mentalmente» (Erikson, 1987). Pienso que la vejez puede ser disfrutada en todos los sentidos, siempre y cuando las acciones pasadas hayan sido las correctas, así como lo plantea Erikson: vivir en cuerpo y alma. La edad adulta también puede ser de reposo y tranquilidad.
“Ahora que estoy sola, ante el ocio de la vida me pregunto: si el amor es darlo todo a cambio de nada ¿por qué los días sin salud, cuando mi abnegación la cuidaba, han sido para mí infructuosos: sólo pesares y desvelos? ¿Será posible pedirle que no olvidara a esta vieja que la quería tanto?… Estas preguntas atormentan mis largos y tristes días…” (Gaitán, 2011).
La cita anterior pertenece a la historia nombrada “Nostalgia última”, una historia triste que habla sobre el desagradecimiento y el abandono. La historia trata sobre una mujer que dio todo por su hija, que siempre se entregó al cien por ciento a su querida niña. La hija abandonó a su madre, buscando una “vida mejor” de riquezas y lujos sin pensar en su mamá, es una hija ingrata que se olvidó de todo lo que recibió en su vida. La anciana, ya en sus últimos momentos de vida, postrada en cama y en su lecho de muerte, desea volver a tener, a estar junto a su hija, pero sabe que eso ya no es posible, debido a que su hija pagó el amor de la madre con olvido e ingratitud. La anterior no es una historia con final feliz, y cada persona debe apreciar el valor de su madre y de todos sus seres cercanos, ya que ellos son nuestro sustento en esta vida y siempre debemos buscar la felicidad a través de los seres queridos, siendo agradecidos en todos los momentos de nuestra vida.
Para Platón (427-347 a. C.) el tiempo es una imagen móvil de la eternidad, imita la eternidad y se desarrolla en círculo. Considera que el tiempo nace con el cielo, y el movimiento de los astros mide el tiempo.
Platón nos orienta a buscar al eternidad durante el tiempo que existimos, incluso durante los últimos instantes de nuestra existencia. Hay que existir y vivir los momentos buenos, malos y regulares porque todos ellos son parte de nuestro tiempo, incluso si la vida no ha sido misericordiosa, por lo tanto, nosotros siempre debemos tener en cuenta que Dios hace las cosas por algo, ya tenemos un objetivo que cumplir que se inicia en este mundo pero termina más allá del tiempo.
“¡Cuánto deseaste vivir el amor! Pero afanada en trivialidades, nunca lo dejaste florecer; ahora lo entiendes: ¿de qué sirve vivir sin amor? Sin amar la vida no tiene sentido: lo has comprendido demasiado tarde, cuando tu tiempo para amar ha muerto; cuando ahora sólo eres los despojos de la decrepitud, y la soledad e indiferencia te atosigan” (Gaitán, 2011).
La cita anterior es un fragmento de la historia llamada “Viaje a la alegría”, dicha historia trata sobre una mujer que recuerda su vida. Ella aborda una nave espacial para ser llevada por alienígenas, quienes la guiarán por el hiperespacio (espacio exterior) para buscar el viaje de la felicidad. El viaje le permite recorrer su vida y percibir las personas que estuvieron y fueron parte de su vivir, presentando principalmente a su ser amado. El viaje le muestra sus errores y el desperdicio que tuvo su vida, ya que vivir sin sentido es no vivir. Ahora la señora está enferma de soledad debido a que no aprovechó su tiempo, ahora sólo quiere encontrar la felicidad. Interpretando la historia, se puede decir que se presenta un alter ego (el otro yo de la señora) que recrimina el malgaste de su vida por el afán de vivir trivialidades, es decir, vivir una vida intrascendente y sin importancia.
En conclusión el tiempo es trascendental en la existencia, debido a que es el dueño de todos los momentos de nuestra vida. Si se presenta en nuestra vida la oportunidad de afrontar la vejez, no hay que tomarlo como una desgracia, sino más bien como un regalo de vida que Dios nos ha dado, ya que nos ha concedido una mayor estancia en este mundo terrenal y hay que saber aprovechar la oportunidad.
Bibliografía
Gaitán, N. A. 2011. Fervor de Otoño. 3ª edición. Editorial Perseo. Tegucigalpa, Honduras. 78 páginas.