* Este fin de semana estamos viendo los efectos que han aparecido cuatro días después de las elecciones nacionales que se llevaron a cabo a lo largo y ancho de los EEUU. Hemos estado viviendo un año de zozobra pendientes de una elección presidencial en momentos que la nación norteamericana estaba profundamente ansiosa por los resultados que se podrían dar. Se creía que si Trump perdía iba a decir que por segunda vez le estaban robando las elecciones, pero no fue necesario llegar a eso, pues desde que empezó el conteo de los votos, vimos como el candidato republicano Donald Trump estaba aplastando a Kamala Harris. Eso fue una verdadera sorpresa pues creíamos que estaría bien apretada la votación, pero fue totalmente al revés y al final de las votaciones, Trump había aplastado a la vicepresidenta de esta nación. Lo importante fue el hecho que la votación y el conteo de la misma se llevó a cabo sin contratiempos, sin protestas, sin gritos de quejas, no hubo tal cosa. Las elecciones a lo largo del país fueron limpias y los conteos exactos. En años previos las elecciones en EEUU con pocas excepciones fueron un ejemplo de democracia donde el voto de cada individuo contaba. Después de las agitadas elecciones de 2020 nos dejaron a todos atónitos, pues dividieron a la nación, pero estos comicios han demostrado que siguen vigentes los 248 años de democracia. Cómo va a hacer el gobierno de Trump. Ojalá que le traiga beneficio a la nación y ojalá este país siga siendo un faro de luz y democracia que ha sido una cosa sana en un mundo revuelto.
** Volvemos a los sistemas de antaño donde el presidente de la nación recibe en la Casa Blanca a la persona que ganó las elecciones presidenciales. Según lo que hemos estado oyendo y viendo, el presidente Biden se ha comprometido que ayudará a Trump para que la entrega del nuevo gobierno a partir del 20 de enero de 2025. Hemos estado oyendo a numerosos personajes demócratas que la oposición que le tengan al nuevo gobierno por la vía democrática conforme a las leyes de esta nación. Los demócratas estarán dispuestos a colaborar en lo que sea necesario, pero también en oponerse cuando crea que no están de acuerdo con algunos proyectos que trae consigo el gobierno de Trump.
* Una de las cosas que estamos viendo es que se acabaron los insultos, los llamados a la violencia y la venganza contra algunos que no estaban de acuerdo con Donald Trump. Una vez que sea juramentado él ha dicho públicamente que su primer paso será deportar de un tajo para expulsar a un millón de indocumentados que están en este país y que su gobierno tomará todos los pasos necesarios para cerrar la frontera con México para aquellos que lleguen sin papeles. Veremos cómo se encontrará ese millón de personas y qué efecto eso tendrá sobre familias, sobre empresas comerciales, agrícola, de la construcción que dependen de la mano de migrantes que no son criminales, que no son ladrones y que le han hecho bien a este país. Eso se hará sentir en la economía nacional. La última vez que hubo uno reforma migratoria fue hace 38 años cuando Ronald Reagan ordenó legalizar a migrantes con las condiciones que hubiesen estado un año en territorio norteamericano y que no habían cometido delito alguno, que lástima que eso no se repite esta vez.