Los empleados del Hospital Escuela (HE), volvieron a las calles, ante el incumpliendo del pago de salarios que debía iniciar el jueves, según lo prometieron las autoridades de la Secretaría de Salud (Sesal).
Tanto la ministra de salud, Carla Paredes, como la viceministra, Nerza Paz, manifestaron que los pagos se iniciarían acreditar el jueves, pero “el dinero no llegó, y los compromisos no esperan”, señalaron los manifestantes.
Pero los que sí les llegó fue el plomo de unos disparos que se hicieron desde un vehículo, que le disparó al grupo que protestaba afuera del HE, la mañana hoy viernes y que afortunadamente, solo fue el susto.
Sesal y el personal del HE, sostuvieron una reunión sin llegar a ningún acuerdo, pero la promesa era que se hacían los trámites y que los pagos se realizarían desde el jueves hasta el fin de semana.
“Nos prometieron algo, que una vez más no cumplieron. La convocatoria era para asambleas informativas, pero la gente dijo no, nos vamos a las calles porque no podemos esperar más”, aseguró una de las médicos.
A esta manifestación se unió más personal de otras áreas, pero las atenciones críticas, las emergencias y ciertos espacios de la consulta externa funcionaron con normalidad.
El presidente de la plataforma de las asociaciones gremiales, Darío Zúniga, detalló que “ayer se nos dijo que le acreditarían algunos compañeros, que eran más de 500 a los que se les podía pagar, y no hubo ninguna respuesta”.
“Estuvimos pendientes de las diferentes asociaciones y ninguno reportó que le hayan hecho el respetivo depósito de pago, la asamblea se mantiene y esperamos poder negociar con la Sesal”, resaltó.
TIROTEO
Pero en medio del caos del cierre del bulevar Suyapa, por parte del personal de centro asistencial, un conductor enfurecido desenfundó su arma apuntó contra algunas personas y disparó en cuatro ocasiones.
“Yo estaba aquí diciéndole que nos ayudara, que siguiera hacia abajo, el saco su arma y me apuntó, hizo dos disparos aquí; ahí están los casquillos. Y más abajo hizo otros dos, hacia la multitud”.
“Afortunadamente nadie salió herido, pero yo pude recibir esa bala en el corazón. Yo estoy aquí porque quiero y necesito llevar mi salario a mi hogar, pero casi me llevan a mí en un ataúd”, resaltó una de los afectados, que dijo no dar su nombre, por temor a represalias.