“OTRO, para la antología –mensaje de la leída amiga– de tertulias con Winston y el Sisimite”. Alusivo al cierre: (Hablando de insectos –tercia el Sisimite– ¿y sabías qué las cucarachas no están en peligro de extinción? Menos –por ejemplo, la cucaracha americana y la alemana– que son muy adaptables a condiciones cambiantes de su entorno, alrededor de los humanos. -¿Y ya merodeabas vos –bromea Winston– por estos recovecos terrenales, cuando se supo de las primeras cucarachas? -No molestés –se defiende el Sisimite– si las cucarachas existen hace unos 300 millones de años mucho antes de los dinosaurios. -¿Y a qué se debe –consulta Winston– su resiliencia? -Su adaptabilidad –responde el Sisimite– pueden vivir en variedad de ambientes y acondicionarse fácilmente a todo. Son omnívoras, sobreviven –desde restos de comida, papel o pegamento– con cualquier tipo de alimento. -Lo que leí una vez –interrumpe Winston– es que soportan niveles de radiación superior a los humanos y pueden vivir sin agua o comida por mucho tiempo. -Sí –agrega el Sisimite– y como su sistema nervioso es descentralizado hasta pueden pasar varios días sin cabeza. -Bueno –ironiza Winston– o sea, en eso no se quedan atrás ese montón de “tontos útiles e inútiles”, que pueden sobrevivir no días, sino años, sin cabeza. -Pero las cucarachas –las defiende el Sisimite– también tienen beneficios a pesar de su mala fama. Son importantes en los ecosistemas naturales, como alimento de aves, reptiles y pequeños mamíferos”. -Ya ves –suspira Winston– cada cual, con su misión, todos somos importantes en la viña del Señor.)
Una vieja amiga: “En el Hatillo y en el Piligüín (no había luz cuando era pequeña) los niños metíamos adentro de un bote, una luciérnaga que llamábamos “candelilla“, y la usábamos como linterna”. “Por suerte las dejábamos salir, no las matábamos”. “Nos decían los mayores que si las tocábamos íbamos a tener las manos “flojas” y se nos caerían los platos y los vasos”. Suficiente advertencia para no trastear la naturaleza”. “Que lindos tiempos; inocentes y con imaginación”. Otro lector amigo: “Que divertido, no sabía que las cucarachas se identificaban por su nacionalidad, americana o alemana”. “Otro animal, que no se «divisa», por ningún lado, es la lagartija o “cuijina”; de las que son entre verde con azul, y que se mueven muy rápido”. Y el “charancaco”, muy diferente, con una cresta y color café verdoso y mucho más grande, también desapareció por causa del desarrollo de la jungla de concreto”. “¿Qué se hicieron?” Ps. “Ahorita me acorde de la fábula de la serpiente y la luciérnaga”. “Le preguntaron a la culebra venenosa, ¿por qué odiaba tanto a la luciérnaga, si ella era más fuerte y temida? –“Porque brilla mucho”, respondió”.
A propósito, estos son otros animalitos que están en peligro de extinción en la región centroamericana, y su pérdida “ocasionaría desequilibrios en el ecosistema”: El jaguar, el guacamayo rojo, el ocelote, el águila arpía, el mono araña centroamericano, la rana arborícola de ojos rojos, el tapir centroamericano, la tortuga marina verde, el pecarí de labios blancos, y el manatí antillano, entre otros. (Y eso de las cucarachas –entra el Sisimite– no es que esa sea su nacionalidad. Son nombres que reflejan el lugar donde fueron identificadas o donde se cree que son más comunes. Digamos, la cucaracha americana no es originaria de América, más bien se cree que proviene del norte de África, y probablemente llegó al continente americano en los barcos en el siglo pasado. La cucaracha alemana parece que es originaria de las zonas asiáticas, que se extendió por Europa antes de llegar a este continente y a otras partes del mundo. -O sea –ironiza Winston– se trata de los masivos flujos migratorios de las cucarachas; no se sabe si buscando trabajo o seguridad se lanzaron en busca del “sueño americano” y sería también, en las Europas, del “sueño alemán”. Allá cada país, donde llegaron –“mojadas”, porque se fueron en los barcos– si les quieren dar ciudadanía oficial. Las de acá –habría que preguntarles por cual generación van– son de descendencia desconocida).