“YO creo –mensaje de la amiga jurista– que ese cuento, “Peregrino”, nos anuncia que alguna Navidad cercana recibiremos el grato regalo del libro de sus cuentos y lo atesoraremos tanto o más que al bello libro de cuentos de su padre”. Una vieja amiga: “Triste realidad, pero contada con riqueza intelectual y sabor que me hizo ver al viejo en la despedida y al peregrino transitar en ese escabroso trayecto”. “A propósito de grillos están cada vez más escasos; en la penumbra me encantaba verlos brillar colocados en graciosas filas cerca de los árboles y el arroyo”. “Y emitir su particular sonido…”. “Muy lindo relato: El peregrino”.
(Alusivo a esta parte del cuento: Era todavía oscuro. Las crestas de los empinados cerros, arrumados en los confines del lejano horizonte, aún no se bañaban del destello prodigioso de la luz del sol naciente de la mañana, anunciando la nítida claridad de la madrugada. La única evidencia de vida nocturna en los campos, era el disonante arpegio de los grillos que, con sus agudos sonidos rítmicos, al frotar sus élitros, en discordante textura, interpretaban la musical partitura de la estridulación). Un dirigente empresarial sobre el mismo tema migratorio: “Excelente mensaje”. “Pero creo que Honduras se está quedando sin profesionales”. “Porque todo el que se prepara lo hace para irse”. “Cada vez es menos la clase media”. “No hay explicación a la apatía en abordar, y buscar soluciones, a este éxodo y drenaje de talento que está sufriendo el país”. Un amigo empresario de SPS: “Coincido de la finura de su pluma, la agudeza de su imaginación, y la bondad de su talento”. “Pero me da pena y me causa migraña como el país se queda «Solito». “Cienes migran al día”. La migración, exploración y conquistas han sido parte de la historia del mundo, pero los riesgos que cada hondureño asume en ese viaje son crueles y no justifica los dólares que regresan para llenarle las cubetas, hecha pedazos, de lo que otros gastan. “Ni justifica familias separadas”. “Honduras puede ofrecer más a su gente”. Un lector columnista del diario: “La segunda vez que entré a la USA, fue vía aérea a Houston y me regresé en un Ford Ranger usado, que obtuve en la Interestatal de Houston y nos regresamos por la aduana de Brownsville, «Los Indios». “Nos tomó 5 largos días llegar a Tegucigalpa manejando día y noche”. “En México se celebraba el Día de los difuntos y un día después en Guatemala”. “En la caravana de vehículos de Guatemala y Honduras, vi al conductor de un bus muerto, doblado en el timón, junto a su amigo fiel, un perro”.
(Aparte de los grillos –tercia el Sisimite– hay otro animalito rondando los campos por las noches, la luciérnaga. ¿Sabés porqué brillan como las estrellas? -¿Y no es –responde Winston– por el fenómeno de la “bioluminiscencia”? Una reacción química que se produce en un órgano especializado del abdomen. La luciferina, cuando entra en contacto con la enzima luciferasa y con el oxígeno, produce luz en forma tan eficiente que no genera casi nada de calor, lo que evita el sobrecalentamiento de la luciérnaga. -Y el parpadeo de luz –explica el Sisimite– es gracias al control que tienen sobre la entrada del oxígeno, una función clave en su vida, ya que es un mecanismo de comunicación y apareamiento. -Cada especie –prosigue Winston– tiene un singular patrón de destellos que utilizan para reconocerse entre sí y obtener pareja. -Y sobre los grillos –vuelve el Sisimite– ¿será cierto eso que dice la amiga lectora que cada vez son más escasos? -¿No será –ironiza Winston– que también hay éxodo de grillos, que están migrando? Y cuando comience la migración de los grillos profesionales, nos vamos a quedar sin clase media de grillos y sin talento. -¿Y será cierto –cambia de tema el Sisimite– que ese último relato fue que vayan a publicar un libro de cuentos? -Voy a ir a indagar –responde Winston– allá en la casa, pero no estaría mal irnos a meter a un libro).