Nueva victoria judicial de Kylian Mbappé contra su antiguo club, el París Saint-Germain, a quien la comisión paritaria de recursos de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) francesa ordenó el pago de los 55 millones que reclama el ahora delantero del Real Madrid por impagos de la pasada campaña.
Un portavoz del club dijo a EFE que el PSG no tiene intención de pagar esa suma y que llegará hasta las instancias laborales si fuera preciso, al tiempo que rechazó que se trate de una victoria para Mbappé.
Es la segunda vez que las instancias deportivas francesas fallan en favor del futbolista, tras la comisión jurídica de la LFP, pero al PSG le quedan otros recursos, el primero ante la Comisión Superior de Apelación, que depende de la Federación Francesa de Fútbol (FFF).
«Ahora que la Comisión de Apelación ha confirmado el dictamen de la Comisión Jurídica, el PSG se verá obligado a llevar el caso ante los tribunales competentes, mientras continúa, a pesar de la mala fe reiterada, intentando encontrar una solución amistosa con el jugador», señaló el portavoz.
Indicó que estas decisiones nacen del rechazo del jugador a admitir una conciliación, lo que aboca el caso a la justicia tradicional, que puede tardar «meses o años» en tomar una decisión.
En el centro del conflicto están 55 millones de euros, en concepto de salario y primas, que el PSG retuvo a Mbappé en función de un acuerdo verbal entre ambos, para desbloquear la decisión de los propietarios cataríes del club francés de apartarle de la primera plantilla a principios de la pasada temporada.
Ese trato, al que Mbappé aludió en alguna ocasión ante la prensa, es al que se aferra el PSG para no pagar esa suma, pero los abogados del jugador lo consideran inválido y caduco.
«De hecho y de derecho, el jugador ha asumido compromisos públicos y privados claros y reiterados que el club simplemente pide que se respeten, ya que el club le ha concedido beneficios sin precedentes durante 7 años en París», agregó el portavoz.
El PSG «espera que estos compromisos básicos sean simplemente respetados» y, en caso contrario, «se verá obligado a hacer que la mala fe del jugador sea juzgada por los tribunales competentes» si Mbappé «continua con esta disputa incomprensiblemente perjudicial, para él mismo y para el fútbol francés».
«Se trata de una cuestión de buena fe, de honradez, de defensa de los valores y de respeto a la institución parisina y a su afición, que es más importante que cualquier jugador», culminó el portavoz.
Se trata del punto culminante de una relación que fue deteriorándose a lo largo de los años y que acabó cerrándose en falso.
Mbappé firmó en 2022 una prolongación de dos años de su contrato con el PSG, más una temporada suplementaria. Poco antes de que acabara la primera temporada, hizo saber que no quería activar esa cláusula para un tercer año, lo que motivó que el club le lanzara un ultimátum: o renovación o salida del club ese mismo verano de 2023.
Como medida de presión, le apartó de la disciplina del primer equipo, del que acababa de hacerse cargo Luis Enrique, durante varias semanas.
Para desbloquear la situación y permitir al delantero regresar al primer equipo, tanto el club como el jugador aseguraron que habían llegado a un acuerdo para que su salida no se produjera sin dejar dinero en las arcas parisienses.
Para el PSG, ese acuerdo concierne a esos 55 millones, pero Mbappé considera que el pacto quedó caduco y contenía cláusulas ocultas. EFE