El regulador independiente del fútbol inglés, que el Gobierno espera introducir como nueva ley en un futuro cercano, podrá prohibir la venta de estadios para evitar que los clubes lo vendan a empresas del mismo dueño y de ese modo evitar las consecuencias del ‘fair play’ financiero.
En junio de este año, la Premier League trató de sacar adelante una regla que evitara que los clubes pudieran vender activos a compañías del mismo dueño para de ese modo contabilizar el ingreso y esquivar las pérdidas económicas que les llevara a ser sancionados por incumplir el ‘fair play’ financiero.
Once clubes de la competición votaron a favor, tres lejos de los catorce necesarios para sacar adelante una nueva regla. Esta medida ya existe en la English Football League (EFL, por sus siglas en inglés), es decir, de la Segunda a la Cuarta división inglesa.
Según el diario británico «The Guardian», cualquier club que pretenda vender su estadio necesitará la aprobación del regulador independiente. De este modo, se protegerá el valor comunitario que tiene el mismo y se prohibirá su venta con carácter especulativo.
En los últimos años, clubes como el Aston Villa, Sheffield United, Derby County y Reading han vendido sus campos para evitar posibles sanciones por quebrantar el ‘fair play’ financiero.
La creación del regulador del fútbol independiente fue una de las medidas propuestas tras la formación y caída de la Superliga europea para proteger el fútbol inglés. Este regulador tomó forma cuando el Gobierno de Rishi Sunak lo introdujo como proyecto de ley en abril de este año, pero quedó en el limbo al perder las elecciones contra los laboristas.
Ahora, el Gobierno de Keir Starmer pretende seguir a cabo con el plan, pero con cambios, como que el regulador tenga poder sobre los pagos de ayuda que se hace a los clubes que descienden de división. EFE
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