Ucrania se está preparando para proteger sus centrales nucleares, claves para el suministro eléctrico del país, en medio de temores de que puedan convertirse en objetivo de un ataque ruso a gran escala con drones y misiles.
Los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) reanudarán esta semana sus visitas de monitoreo a las subestaciones que distribuyen la electricidad producida por las centrales nucleares ucranianas, según el Ministerio de Energía del país invadido.
Rusia sigue poniendo en riesgo la seguridad nuclear con sus ataques, que tienen el objetivo de sumergir a Ucrania en la oscuridad, advirtió con anterioridad el ministro de Energía, Hermán Galushchenko.
Una presencia constante de los inspectores del OIEA en todas las subestaciones clave y en las centrales nucleares es crucial para protegerlas de los repetidos ataques rusos, dijo a EFE Volodímir Omelchenko, experto en energía del Centro Razúmkov de Kiev.
Amenaza a las centrales nucleares
Según Omelchenko, el último gran ataque ruso contra las subestaciones, el 26 de agosto, amenazó con provocar en una de las tres centrales nucleares del país un accidente nuclear al nivel de los de Three Mile Island o Chernóbil.
No es probable que Rusia ataque reactores nucleares de forma directa, ya que están diseñados para resistir incluso una bomba nuclear, explicó.
Por otro lado, un posible ataque contra subestaciones situadas en el territorio de las centrales tendría un impacto limitado debido a los mecanismos de emergencia existentes.
Sin embargo, la destrucción de subestaciones clave situadas fuera de las centrales puede ser muy peligrosa, ya que no está prevista en el diseño de mecanismos de seguridad y puede causar un parón de resultado impredecible, que podría incluir un accidente nuclear, argumentó Omelchenko.
Familiarizada con el sistema energético ucraniano, Rusia ataca de forma intencional las subestaciones más vulnerables para provocar no solo interrupciones del suministro eléctrico sino también un accidente nuclear, asegura este experto.
Pero la presencia de los inspectores internacionales en las subestaciones podría disuadir a Moscú de atacarlas de nuevo.
A pesar de su indiferencia por el derecho internacional, Rusia todavía tiene mucho que perder, explicó Omelchenko.
«En estos momentos los contratos nucleares internacionales de Rusia tienen un valor de 55.000 millones de euros. Su futuro estará en duda si el mundo ve claramente a Rusia causar un desastre nuclear que afecta a buena parte de Europa», señaló.
Un invierno difícil
Las centrales nucleares ucranianas producen en la actualidad en torno al 60 % de la electricidad consumida en el país.
Si uno de los nueve reactores en funcionamiento se viera afectado, aumentaría de forma significativa el riesgo de largas interrupciones del suministro eléctrico en invierno, cuando el consumo se incrementa debido a las bajas temperaturas.
El país ya se halla en una situación difícil, con el 75 % de su capacidad de generación de electricidad -lo que incluye la mayor planta de Europa, la de Zaporiyia- ocupada o destruida por Rusia.
Según diversas estimaciones, los ucranianos podrían pasar entre cuatro y 20 horas al día sin electricidad durante el invierno.
Sin embargo, cualquier predicción depende del resultado de los ataques rusos, enfatizó Omelchenko.
Según Andrí Kovalenko, jefe del gubernamental Centro para la Lucha contra la Desinformación, es probable que Rusia esté preparando otro ataque a gran escala, ya que está moviendo misiles y aviones entre sus bases aéreas.
La presión internacional es clave
De acuerdo con Omelchenko, entre los factores clave están el potencial de los misiles y drones rusos, la selección de objetivos prioritarios por Rusia y la eficiencia de las defensas ucranianas.
Por mucho que se refuercen las defensas antiaéreas, es improbable que puedan interceptar la totalidad de los misiles y drones rusos si Rusia es capaz de mantener la escala de sus ataques.
En las subestaciones se están instalando barreras físicas para minimizar los daños, pero no pueden protegerlas contra el impacto directo de un misil ruso.
«Hacen falta esfuerzos concentrados por parte de la comunidad internacional para hacer que Rusia detenga sus ataques contra la infraestructura energética ucraniana», subrayó Omelchenko.
Señaló que los países europeos vecinos también se verían afectados por un accidente nuclear en las centrales nucleares ucranianas, de las que dos están situadas solo a unos centenares de kilómetros de la Unión Europea.
Además, un incidente peligroso o un apagón también llevaría a millones de refugiados a huir hacia Europa, advirtió, y señaló que el OIEA, Naciones Unidas y otros organismos internacionales todavía disponen de muchas herramientas sin utilizar para incrementar la presión sobre Rusia. EFE