PARA no quedarse a medio palo en el tema de lo que perdió México en la guerra con los Estados Unidos, cediendo más de la mitad del territorio en el Tratado Guadalupe Hidalgo. Ya dijimos que el destino es caprichoso y juega bromas pesadas. Veamos como paulatinamente los vencidos han ido recuperando territorio arrebatado, solo que ahora bajo la jurisdicción y administración «imperial». No podría hablarse de “reconquista” en términos de recuperación territorial, pero las corrientes migratorias en los últimos siglos –del atraso hacia lo más desarrollado– han producido una metamorfosis, diríamos una reconfiguración demográfica y cultural. Veamos algunos ejemplos: En los estados fronterizos de Estados Unidos, en muchas ciudades, ha habido un crecimiento de la población de origen mexicano, debido tanto a la inmigración como al crecimiento natural de estas comunidades.
Texas. “El Paso. Más del 80% es de origen hispana, la gran mayoría de ascendencia mexicana”. “Laredo. Un 95% de su población es hispana con predominancia mexicana”. “Brownsville. 90% de la población hispana, la mayoría de origen mexicano”. “McAllen. Una ciudad, en el valle del río Grande, 85% de la población es mexicana”. California: “Los Ángeles. Cerca de la mitad de la población total vive en Los Ángeles. Es la ciudad con mayor número absoluto de personas de origen mexicano en los Estados Unidos”. “San Diego. Un 30% de la población es hispana, la mayor parte de origen mexicano”. (Su proximidad con Tijuana la convierte en una puerta de entrada para los migrantes). “Las ciudades del Valle Imperial como el Centro y Calexico, de un 80% a un 90% de la población es mexicana”. Arizona: “Tucson. 45% de la población es hispana”. “Yuma. 60% de la población es hispana”. “Phoenix. 40% de la población es hispana, gran parte de ascendencia mexicana”. Nuevo México: “Las Cruces. 60% de la población es de origen hispano, la mayoría mexicano”. Tanto en Santa Fe como en Albuquerque, alrededor del 50% de la población es de origen hispano, aunque con una mezcla de descendientes de las primeras familias hispanas coloniales y migrantes mexicanos recientes”. “El peso de la comunidad hispana en California –donde hay una de las poblaciones mexicanas más grandes de los Estados Unidos– tiene una gran influencia en la política, en la identidad cultural, en la gastronomía, los negocios, y en el rediseño de la cultura”. “El español se habla con regularidad”. “En Texas, las ciudades de San Antonio, El Paso, Houston y Dallas tienen enormes poblaciones de origen mexicano que influencian significativamente todo aspecto de la vida diaria”. “El Tex-Mex una fusión de cultura tejana y mexicana tiene un enorme impacto cultural”. “En Nuevo México la influencia hispana sobre los nombres dados a muchas ciudades. Las fiestas locales y el idioma español son parte inseparable de la vida cotidiana”. “Nevada y Colorado también tiene bastante población mexicana. En Las Vegas y Denver, la influencia cultural y económica de los mexicanos es innegable”.
(Bueno –tercia el Sisimite– pero no te podés quejar, los hondureños también han echado su granito de arena a la “reconquista”. -No sé –interviene Winston– si los datos que te voy a dar son actualizados, pero en Nueva York viven entre 350 mil a 400 mil hondureños, principalmente en barrios como El Bronx, Queens y Brooklyn. En Miami, Florida entre 250 mil a 300 mil. En Houston, Texas unos 200 mil. En Los Ángeles, California, entre 100 mil a 120 mil, pero allí nos ganan los salvadoreños. -En Washington –agrega el Sisimite– en el Distrito Federal, Maryland y Virginia, entre 150 mil a 200 mil. (Mucho en Silver Spring, Arlington y otros suburbios próximos.) –Oíme –interrumpe Winston– si Arlington es un cementerio. Estamos contando los vivos no los que están ausentes. Nueva Orleans, en la época de las bananeras era el destino preferido por el puerto. Ahora quizás unos 50 mil vivan allá. Y en Dallas, Texas, atraídos por los trabajos de la construcción residirán unos 100 mil catrachos. -Sí –agrega el Sisimite– pero hay otros regados en las áreas urbanas de Charlotte, Carolina del Norte, Boston, Massachusetts, e Illinois. -Ya ves –concluye Winston– colaborando en la “recuperación de lo que nos quitaron”).