Willis Yang, el pugilista de las inversiones y los niños pobres

Ecuatoriano de nacimiento, hijo de migrantes taiwaneses, y próximamente hondureño naturalizado, este ingeniero químico llegó al país como promotor de inversiones, pero se enamoró tanto que ahora ha decidido quedarse para siempre. Incluso, piensa casarse con una copaneca. Alterna su labor con la promoción del boxeo entre niños y jóvenes de los barrios pobres del país. En este contexto, Willis Yang resalta con ojo crítico las perspectivas de desarrollo del país y los desafíos para reducir las desigualdades sociales. Además, admite su debilidad por los nacatamales y el Pollo Chuco.

¿Nació en Taiwán?
Yo soy nacido en Ecuador, mis padres emigraron de Taiwán buscando del sueño americano, pero por el destino encontraron el sueño latinoamericano en Ecuador, que para mí es mejor.

¿Cómo mira a Taiwán?
Yo siempre vi a Taiwán con ojos de extranjero, aunque me vea taiwanés, yo soy latinoamericano y esa es mi personalidad, mi alma, pero al mismo tiempo veo a Taiwán como el país de innovación, un ejemplo del ingenio, hasta lograr el boom económico en menos de 50 años.

¿Cómo llega a Honduras?
Después que termino mis estudios en Química en Suiza, me fui dos años a perfeccionar el mandarín a Taiwán. Estando ahí, me di cuenta que no tenía muchas oportunidades como los demás que nacieron ahí, pero descubrí que mi ventaja era conectar dos culturas, así que comencé a trabajar para una empresa que tenía una alianza para del desarrollo de Honduras como parte del programa 2020 del gobierno del 2015. En ese período, vinieron más de cien empresas a ver las condiciones de inversión en el país y una de las que se quedó es la que yo represento en este momento.

¿Cuál fue el atractivo que le vieron al país?
Honduras es rico en recursos naturales y tiene un pontencial virgen en la parte logística para que sea una zona de producción, de maquila, por ejemplo, traer conocimiento para que pueda competir con la región.

¿Le costó adaptarse?
Yo vine primera vez en 2015 y me radiqué desde el 2018, es un país donde uno se enamora de la gente y lo motiva a quedarse. Normalmente, los asiáticos ven las falencias de estos países con ojos asiáticos, yo lo vi como latinoamericano, sabiendo que hay virtudes, porque no todos son haraganes o deshonestos.

¿A qué se dedica su empresa?
Es un consorcio de capital canadiense, son siete empresas dedicadas a la minería, bonos de carbón y otros rubros. Antes de la pademia, teníamos 200 empleados pero ahorita solo tenemos 20, el cambio de gobierno retrasó bastante nuestras inversiones en otros proyectos, pero actualmente estamos trabajando bien con todos los permisos.

¿Dónde operan?
Estamos operando en Limones, Olancho. La idea de nosotros no solo es llevarnos la materia prima, sino que se transforme aquí, por ejemplo, todo el oro que produce en Honduras se funde y se va, nosotros pensamos colocar una planta para convertir ese oro en barra y exportarlo a los bancos centrales del mundo.

¿Sabe si hay más inversionistas extranjeros queriendo invertir en Honduras en estos momentos?
Ahorita muchos inversionistas están con un pie afuera y otro adentro, quiere ver si el país mantiene su estabilidad política, la seguridad jurídica. Honduras es un país conocido por sus recursos y belleza y eso nadie puede cuestionarlo.

En una competencia internacional.

¿Qué falta para que ellos metan el otro pie en el país?
Estabilidad, como le decía, para nadie es desconocido que en estos últimos años, hubo cambio de leyes, secretarías que no estaban asignadas, uno no podía conversar con nadie, nosotros tuvimos que esperar, pagando salarios, pero ahorita estamos agradecidos con el gobierno porque nos dieron atención aunque tarde, se perdió mucho tiempo.

Hay mucha crítica a las empresas mineras en el país ¿Cuál es su mensaje?
El rubro minero ha sido satanizado. Debemos entender que no hay nada que nosotros usemos que no provenga de la minería, desde el cemento, la ropa, la industria médica, los celulares, todo, absolutamente, lo que conoce como desarrollo económico y social, excepto la madera, viene de la minería. Entonces, el mensaje que hemos intentado difundir es que si eliminas la minería cómo vas a construir casas, ademas, Honduras importa todo, por eso todo es caro, no produce varillas de hierro, por ejemplo, y podría hacerlo porque tiene la materia prima y la mano de obra.

¿Cuál es el principal reto del país en materia de inversión?
Hay empresas grandes que quieren invertir, el problema es que en estos momentos Honduras está en una situación de competir con sus vecinos; Nicaragua quiere su ferrocaril, el Canal de Panamá se está ampliando, si Centroamérica tiene iguales recursos, qué hace a Honduras diferente y esa es una preguna que se tienen que hacer los hondureños.

El proyecto Batalla de Gimnasios es una cantera del boxeo.

¿Cómo se puede traer más inversión extranjera?
Hay mucho que ofrecer, pero hay que salir a buscar la inversión, como lo hizo el gobierno pasado, de lo contrario nosotros no estuviéramos aquí, al césar lo que es del césar. El reto, ahora, es poder conservar las que están porque muchas empresas están cerrando y otras han vendido. Nosotros estuvimos con un pie afuera porque no sabíamos qué iba a pasar, pero mi rol fue de dar tranquilidad, tener paciencia y esperar. Llegamos con machete a abrir caminos y ahora tenemos cinco pozos de agua y electrificación para 400 comunidades. No estoy diciendo que el gobierno es malo, pero debe tomar una decisión rápida porque está compitiendo con tus vecinos y si a ellos se les enciende el foco más rápido toda la inversión se va para allá porque todos tienen casi los mismos recursos.

¿Siente que el gobierno es amigable con la inversión extranjera?
Mire, se habla mucho de traer inversión extranjera, pero también hay que saber qué les ofrecemos, al final es un intercambio. No me gusta que se mire la inversión extranjera como que se lleva todo, obviamente, hay empresas así, pero para eso están las instituciones del gobierno para regularlas.

¿Qué tan rápido es instalar un proyecto en Honduras?
Es muy tardado y eso es un problema porque hay empresas que no esperan tanto. Por ejemplo, vas a Brasil, pides un proyecto y en una hora te lo dan, porque Brasil lo que quiere es que trabajes para que pagues impuestos, pero aquí en Honduras tardan tres años, a nosotros nos la dieron en cuatro años.

Una donación para el Centro de Atención de la Niñez en Juticalpa.

¿Cuál sería su recomendación?
Honduras tiene que abrir más la mente, piensa que va bien a su ritmo, pero no necesariamente es el mismo del mundo. He sido uno de los voceros convenciendo a los inversionistas que se queden, porque, a veces, ven noticias en el extranjero sobre Honduras que dicen ‘Congreso tiene dos presidentes’, ‘gobierno elimina las zedes’, me llaman y me prenguntan qué pasó y yo les digo, ‘tranquilo, Honduras va caminando para arriba, pero a paso lento’. Cada gobierno le debe dar continuidad a lo que hizo el anterior, pero sucede lo contrario, como son de otra bandera, lo machetean y comienzan de cero, pero en cuatro años no puedes tener buenos resultados.

¿Fue desacertado romper relaciones con Taiwán?
El empresario no tiene bandera política, al final, aliarse con China trae algo positivo porque le va a pedir a Honduras que se ponga seria, China dice ‘quiero esto ya’, y las cosas comienzan a caminar, nosotros fuimos beneficiados por este tipo de iniciativas.

¿Cómo se involucró en este proyecto del boxeo para los niños de escasos recursos?
Como empresa, tenemos un presupuesto para obras sociales y decidimos canalizarlo en proyectos deportivos, después de conocer que los deportistas, en la mayoría de las disciplinas, están solos, viajan en bus y comen tortilla antes de competir. Vimos esa oportunidad de ayudar y obviamente no estamos solos, son los entrenadores y las escuelas los protagonistas.

¿En qué consiste esta iniciativa?
Nuestro proyecto se llama Batalla de Gimnasio y la idea es organizar gimnasios en todos los barrios populares y luego puedan competir por un premio, que son 25 mil lempiras como parte de las propias recaudaciones de las competencias.

¿Tiene aceptación?
Empezamos con dos peleadores, ahora, somos 40 y de ellos cuatro o cinco comenzaron su carrera profesional. No tenemos ni un año en el proyecto, pero estamos lanzando un proyecto mensual, nos hemos convertido en la cantera y aquí se pueden ver a la gente que tiene potencial, les damos becas y patrocinio.

¿Usted practica el boxeo?
Claro, todos los días a las 5 de la mañana.

¿Cuál es su situación migratoria?
Con un pie adentro, enamorado de una copaneca con la que pienso casar, formar mi hogar y mi futuro en Honduras. Dentro de poco me dan mi pasaporte.

¿Qué más le gusta de Honduras?
Su comida, soy nacatamalero, es mi punto débil el pollo chuco.

ÉL ES…
Willis Yang Ling nació en Ecuador el 8 de agosto de 1990. Hizo estudios universitarios de Química en Suiza y luego en Taiwán y actualmente está radicado en Honduras dirigiendo un consorcio canadiense, Liopa Metales, con inversiones en minería, conservación de bosques y bonos de carbono. Al mismo tiempo, lidera el proyecto Batalla de Gimnasios, a través del cual alienta la práctica del boxeo en barrios pobres y cuyas ganancias son donadas a centros de beneficiencia.

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