Pobladores clamaron por mayor presencia policial en el municipio de Guaimaca, en el extremo norte de Francisco Morazán, ante una ola de crímenes, asaltos y presencia de pandilleros que han emigrado desde Tegucigalpa.
En un condenable suceso reciente, el ganadero y defensor de los recursos naturales, Santos Fidencio Ramos Vargas fue ultimado en un sector de Guaimaca cuando se trasladaba a ordeñar sus vacas.
Ramos Vargas conocido por sus amigos como “Santini” fue interceptado por sujetos armados que le dispararon sin mediar palabras. El cadáver fue trasladado hasta la morgue del Ministerio Público en Tegucigalpa, de donde fue retirado por sus familiares y amigos.
Otro homicidio con patrones similares de sicariato fue perpetrado contra el joven deportista Alexander Trejo, en un sector de la colonia Las Lomas de Guaimaca. La víctima amante del fútbol y de motocross se conducía en una motocicleta con otro joven a quien se le omite su nombre por seguridad, debido a que sobrevivió al atentado.
Trejo y su amigo fueron trasladados gravemente heridos hasta un hospital de la zona, donde expiró Trejo, mientras el otro muchacho lo remitieron de urgencia a Tegucigalpa.
En las últimas semanas, Guaimaca caracterizada por su gente laboriosa, dedicada a la agricultura, venta de madera y caficultura, entre otras actividades, ha sido escenario de muertes violentas.
Una de las recomendaciones planteadas a las autoridades correspondientes es el levantamiento de un censo poblacional en Guaimaca, considerando la presencia de personas que utilizan la zona como refugio.
“Mucha gente se viene huyendo de la capital, de otros departamentos y municipios de origen” alertaron pobladores. En ese contexto piden investigar la procedencia de personas que han lotificado terrenos que en su DNI no esté inscrito bajo el código 0806.