Autor Luis Alonso Gomez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. La promesa de Dios al patriarca Abraham en Génesis 12:3: “Y bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las naciones. Isaías 54: 17: Ninguna arma que se diseñe y sea forjada y se construya contra ti, oh Israel prosperara; y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová; el Dios de Israel y su justicia viene a mí, dice Jehová. Lo dice la Biblia y lo dijo el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en las Naciones Unidas. Éramos solo 650 judíos contra el resto del mundo árabe, sin ningún ejército de Defensa de Israel.
El antisemitismo es un fenómeno antiguo. No es un invento de Hitler. Desde la Edad Media en Europa, los judíos fueron víctimas de discriminación y persecución, a menudo, por motivos religiosos. Los cristianos vieron la fe judía como una desviación que debía ser combatida. Los judíos fueron a veces, obligados a convertirse, o sea les prohibían ejercer ciertas profesiones.
Pero mucho ojo y oído sobre lo que está sucediendo en el Medio Oriente con la guerra entre Israel y los grupos armados que luchan por borrar al Estado de Israel del mapa. Llamó la atención a los estudiosos de la Biblia, tener mucho cuidado y cautela de todo lo que se dice y comenta sobre Israel, con relación a las profecías y situaciones emotivas de predicadores mesiánicos.
Dios había formado para sí mismo una nación, cuya desobediencia había sido incesante. Con todo, era y es la nación de Él, y a través de sus pecados y sus padecimientos Él obrará para mostrar al mundo entero que Él, y solamente Él, es Dios. ¿Por qué es odiado Israel? Resulta increíble que los mismos cristianos a través de la historia fomentaron el odio contra ese pueblo.
En el primer milenio de la era cristiana los líderes de la jerarquía cristiana europea(católica) desarrollaron y solidificaron como doctrina la idea que: todos los judíos eran responsables de la crucifixión de Cristo; la destrucción del templo por parte de los romanos y la dispersión del pueblo judío era un castigo tanto por transgresiones pasadas como por su permanente rechazo a abandonar su fe y aceptar la cristiandad.
En los siglos X y XI, estas doctrinas acerca de los judíos se endurecieron y unificaron en parte, debido a lo siguiente: la amenaza a la jerarquía de la iglesia por la inminente separación entre el catolicismo romano y la ortodoxia griega (1054), las sucesivas oleadas de conquista musulmana; el fervor del fin del milenio; los triunfos en la conversión de grupos étnicos paganos del norte de Europa; el afán militar y espiritual de las cruzadas.
En busca de conservar sus creencias y cultura, los judíos se convirtieron en los defensores de la única religión minoritaria en el entonces cristiano continente europeo. En algunos países los judíos eran bienvenidos de vez en cuando, pero, en un momento en el cual la fe se consideraba la principal forma de identidad propia e influenciaba intensamente tanto la vida pública como privada, lo judíos se vieron cada vez más aislados como forasteros.
Los capítulos 42 hasta el 46 de Isaías predice el regreso de Israel del cautiverio. Fíjese bien, cautiverio es diferente a dispersión. El cautiverio es un tema que merece un estudio aparte para comprender lo uno y lo otro con lo que está sucediendo ahora. El cautiverio de Israel concluyó el año el 538 AC que permitió el regreso de los judíos a Jerusalén. La dispersión actual comenzó el 70 DC, con la destrucción del templo y la ciudad y desde entonces han estado dispersos por todas partes del mundo.
Durante siglos la iglesia enseñó que los judíos eran los responsables de la muerte de Jesús, sin reconocer, como lo hace la mayoría de historiadores en la actualidad, que Jesús fue ejecutado por el gobierno romano, porque los funcionarios lo consideraban una amenaza política a su gobierno. Como forasteros, los judíos fueron objeto de una violencia estereotipia y sujetos a la violenta contra sus personas y propiedad.
Jesús y los profetas lo predijeron desde el principio que el pueblo de Dios sería odiado; llevado cautivo y convertido en esclavos. Pero Dios los traerá desde los confines del mundo a la tierra que juro a los padres y cuando todo eso se haya cumplido, entonces habrá paz en las naciones bajo el reinado universal de Cristo con su pueblo y la iglesia redimida por su sangre. Todo cuanto se diga ahora sobre el cumplimiento de las profecías, ya se han cumplido muchas y solo falta la aparición del hombre de pecado.
Dios no ha rechazado a su pueblo porque cumplirá la promesa dada a Abraham. Los judíos volverán a la tierra prometida y, como lo afirmó Netanyahu, en su discurso en las Naciones Unidas: “El país que las Naciones Unidas nos dio fue 65% desierto. El país estaba en la nada. Hemos hecho florecer el desierto, vendemos naranjas, flores y vegetales a todo el mundo. Hemos sobrevivido y sobreviviremos. Y miremos la nación de la Biblia, los esclavos de Egipto todavía estamos aquí”.
Fuente: Encyclopedia.ushmm.org “El antisemitismo en historia. La Biblia y fragmentos del discurso del primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, en las Naciones Unidas.
Nota: Solamente hacemos referencia sobre el contexto histórico.