CONCIENCIA HONDUREÑA

HOJEANDO una “Enciclopedia Everest de los Países del Mundo”, por cierto un poco desfasada, cualquier curioso puede hacerse una idea rápida y vaga de las riquezas y de las limitaciones del planeta, especialmente de aquellos países que presentan interés para el lector ocasional. Naturalmente que en este caso una de las primeras búsquedas se centra en Honduras y en el resto de los países de América Central y del Caribe.

A las naciones más poderosas la “Enciclopedia” (del año 2000) les dedica entre ocho y doce páginas, por el peso económico, geográfico y político que las caracteriza. Y a países pequeños como Honduras apenas dos páginas. A veces solo una. Es comprensible que el contenido de un “Atlas” de tal naturaleza, dependa de las personas que lo redactan. En el caso nuestro, las dos páginas están llenas de lugares comunes trillados como aquel de “república bananera” cuando de hecho hoy en día importamos bananos de Guatemala y Costa Rica. Apenas incluyeron una ilustración de una estela maya de Copán y una vista de un barrio marginal de Tegucigalpa. Los parques, los monumentos históricos, las reservas forestales y otros paisajes importantes fueron excluidos, por causa del poco espacio y quizás por la mala información que recibieron los redactores.

Ya va siendo hora que los hondureños exhibamos ante el mundo nuestras fortalezas demográficas, hidrográficas y paisajísticas, sin excluir las limitaciones reales que mantienen al país en un atascadero histórico. En las proyecciones positivas debemos ser reiterativos hasta el cansancio, porque nadie va a poner en alto nuestras virtudes indudables si no lo hacemos primero, con fervor, los mismos catrachos. Y nadie va a querer venir al país en forma desinteresada si solamente señalamos nuestras limitaciones y defectos. Llevamos casi dos siglos de vida republicana flagelándonos unos a otros. Perdiendo de vista que los hondureños por mayoría somos mestizos y que estamos emparentados, para bien o para mal, con casi todo mundo. Podría hasta decirse que hay redes de parentesco transversal cualitativo que debiera convertirnos en seres humanos con un más alto sentido de fraternidad y de autoestima nacionales.

Falta, a todas luces, un sentido de pertenencia propiamente catracho, encaminado a potenciar todas las virtudes comunitarias y nuestros recursos naturales, a fin de insertarnos con éxito en el mercado mundial. De lo contrario seguiremos patinando hasta en el infinito en la pobreza y en el automarginamiento. Es evidente una falta de conciencia hondureña, que traducida a un término técnico sería “falta de conciencia histórica”. Los pueblos que carecen de visión futurista y de un fuerte legado histórico, dicen las sagradas escrituras, están “condenados a perecer”. Ojalá que nosotros logremos enderezar nuestros entuertos y conciliar a la familia nacional con el propósito ulterior de transformarnos en un pueblo digno y orgulloso de las potencialidades y realidades positivas.

La “conciencia histórica” ayuda a identificar las fortalezas, las debilidades y las grandes proyecciones futurísticas, sin perder el sentido de la realidad. Las naciones que han salido del atraso, a veces con grandes dificultades, es porque han contado entre su población con dirigentes capaces de mirar en diversas direcciones y en convertir las palabras nobles en acciones propicias en función del desarrollo integral. No se puede ni se debe agarrar un solo pedazo de país y abandonar el resto estratégico del mismo.

LO MÁS RECIENTE

Congreso aprueba amnistía migratoria

El Congreso Nacional aprobó la amnistía migratoria hasta el 31 de diciembre de 2025,...

Presidenta clausura año escolar con 103 becados por gobierno

La Presidenta Xiomara Castro clausuró ayer el año escolar, en Comayagua, y aprovechó para...

Diputada de la Mosquitia prefiere un hospital

La diputada del Partido Liberal, Erika Urtecho, cuestionó la construcción de una mega cárcel...

IP anuncia licitación para placas vehiculares

El Instituto de la Propiedad (IP), informa a la población y a las empresas...