La agricultura tiene un rol en la sostenibilidad de la biodiversidad que será un punto clave en la COP16 que se celebrará este mes en Cali, asegura el representante en Colombia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Agustín Zimmermann.
«Somos optimistas sobre todo en que se reconozca en la agricultura un factor muy importante de sostenibilidad de la biodiversidad», dijo Zimmermann en una entrevista con EFE.
Cali acogerá del 21 de octubre al 1 de noviembre la COP16, en la que se evaluará el cumplimiento de las 20 metas del Marco Kunming-Montreal -adoptado en la última COP de Biodiversidad celebrada en esa ciudad canadiense-, cuatro de las cuales son específicas para el sector agroalimentario.
En la COP16, la FAO presentará su iniciativa para que se incluyan los compromisos concretos que los países tienen que asumir para cumplir con las metas climáticas, el componente agrícola para garantizar «la sostenibilidad en la biodiversidad».
Zimmermann resaltó que en el caso de Colombia, el país tiene «un potencial de crecimiento en la producción de alimentos muy alto», pero eso se tiene que materializar «de forma sostenible, inclusiva, adaptada al cambio climático y con mayor resiliencia».
Esto, además, ayudaría a bajar el precio de la dieta, no solo en Colombia sino en el resto de Latinoamérica donde existe «una de las dietas más caras a nivel global», irónicamente «en un continente que básicamente es productor de alimentos», lo que es una evidencia «del mal funcionamiento de los sistemas agroalimentarios en la región».
Retos regionales
Uno de los principales retos en Colombia y de América Latina, en palabras de Zimmermann, es precisamente «la transición que se tiene que hacer desde una agricultura más convencional, que no es necesariamente muy amigable con el medioambiente ni con la biodiversidad» como por ejemplo el caso de los monocultivos, hacia «sistemas agroecológicos».
En este sentido, es necesario un «fortalecimiento de las políticas públicas que promuevan este tipo de agricultura que considere un poco más la biodiversidad» ya que aunque la FAO tiene proyectos pilotos de agroecología, falta que se conviertan en la generalidad.
En la agricultura la FAO también engloba la ganadería, que es «uno de los principales ‘drivers’ del cambio climático tanto por deforestación, cuando se tumban bosques para criar ganado, como por la emisión de metano que produce el ganado», agregó Zimmermann.
El representante de la FAO defendió que es posible una «ganadería climáticamente inteligente» que solo conlleva «el cambio de algunas prácticas básicas, que además pueden aumentar su productividad y a la vez reducir las emisiones».
La COP de la gente
«Esa es otra de las cosas positivas que vemos en la organización de esta COP en Cali, que hay un esfuerzo muy dirigido a la COP de la gente, de cómo involucrar a la gente en esto, cómo puede contribuir cada uno a la biodiversidad», explicó el representante.
Una de las acciones individuales y concretas que cada uno puede adoptar es «tener presente cómo nuestras dietas y hábitos alimentarios tienen un impacto directo en la agricultura, el alimento que consumimos depende también del sistema con el que se produce, entonces ese impulso de demanda a un sistema agroalimentario más sostenible, eficiente, inclusivo y resiliente es fundamental».
«Otro dato importantísimo es que la pérdida y desperdicio de alimentos a nivel global llega casi al 30 % y eso se puede computar como emisiones y pérdida de biodiversidad, entonces cuanto más prolijos seamos en nuestras decisiones de consumir alimentos obviamente estamos reduciendo el desperdicio», agregó el experto. EFE