“CONCLUYES Nexus, tu libro –interviene el moderador de la entrevista a Yuval Noah Harari– con la declaración de “que las decisiones que todos tomemos en los próximos años, determinarán si invocar esta inteligencia alienígena, (es decir inteligencia artificial, IA), resulta ser un error terminal o el comienzo de un nuevo capítulo esperanzador en la evolución de la vida”. Así que tengo esta pregunta ¿qué quieres decir por nosotros? Si está solo en manos de muy pocas personas ¿cómo podemos nosotros, como personas, que no manejamos Twitter, Facebook, cómo nos involucramos?”.
“Bien, empieza por votar por las personas adecuadas en una elección y esperar que reinen sobre el poder inmenso de los gigantes tecnológicos, y que las cosas se equilibren y se restrinjan” “El problema es este poder desmesurado de estos gigantes tecnológicos, que no son elegidos por nadie y que no rinden cuentas a nadie”. “Y las decisiones cruciales sobre la configuración del futuro de la humanidad deben ser tomadas por personas que representen a la mayoría de nosotros y no por unos pocos multimillonarios y técnicos”. “Segundo, las escogencias que cada uno de nosotros haga todos los días. La cosa crucial es evitar la trampa del determinismo tecnológico”. “Ello es la idea de que una vez que desarrollas cierta tecnología, solo puede ir en una dirección y no hay nada para nosotros por decidir”. “Nunca es el caso. Cada tecnología se puede usar de muchas maneras diferentes”. “Puedes usar un cuchillo para asesinar a alguien o para salvar la vida en cirugía”. “En el siglo XX vimos que la electricidad y la energía del vapor y los automóviles se pueden usar para crear tiranías totalitarias, o democracias liberales”. “La misma tecnología”. “Lo mismo en este siglo con Inteligencia Artificial, tiene enorme potencial positivo, crear el mejor sistema de salud en la historia, ayudar a resolver la crisis climática, y también puede conducir a la creación distópica de regímenes totalitarios, nuevos imperios, y útilmente hasta la destrucción de la civilización”. “Y la decisión sobre qué rumbo agarrar en esta encrucijada es algo en que todos nosotros debemos de tomar partido”. (Fin).
(Si ya terminaste –tercia el Sisimite– de leer el libro, ¿qué te parecería un microcuento a manera de resumen? –Empecemos pues, concurre Winston: Erase una vez, probablemente hoy –para no ir tan lejos–, que la humanidad afanosa buscaba perfeccionar el fruto de su más reciente creación, la inteligencia artificial (IA). Gracias a ella, llenarse de felicidad en ciudades enteras operando con energía limpia, hospitales curando y salvando pacientes de la muerte, con precisión robótica; y nunca se sabe, incluso, encontrar el apetecido elixir de la vida eterna. Solo que, (la otra cara de la tortilla) –culpa de la misma inteligencia artificial– las plataformas digitales con sus algoritmos manipuladores, inducían el caos, propagaban odio y conflicto, rompiendo vínculos y deshilachando la fibra misma de la convivencia civilizada. En lugares enteros del planeta, impotentes espectadores, veían resignados como sistemas alienígenas de control absoluto socavaban sus preciadas libertades. Próximos al Armagedón, los rugientes cielos se abrieron y una voz atronadora que pareció salir de la inmensidad del azul desconocido, silenció todo bullicio terrenal, con una advertencia premonitoria: “El cuchillo que sostiene la humanidad en sus manos puede salvar o destruir. No es la hoja, sino el corazón que la guía”).