El malestar reinó en las afueras del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (Inprema), donde cientos de maestros jubilados, amparados por la Ley del 80, llegaron desde tempranas horas para exigir el pago de las 60 rentas, pero se encontraron con el cierre completo de las instalaciones, tras permitir la entrada de solo 20 personas desde las 8 de la mañana.
Entre los afectados, una maestra explicó que, previamente, se les había enviado un enlace para llenar un formulario con el fin de recibir el pago.
Sin embargo, aunque ella aparecía en la lista de beneficiarios, al momento de intentar cobrar se dio cuenta de que no le habían acreditado el dinero. «Nos dijeron que viniéramos con toda la documentación, pero ahora no nos dejan pasar», señaló con visible tristeza.
Los docentes, algunos de ellos con dificultades físicas, esperaban desde las 5 de la mañana sin obtener respuestas claras por parte de las autoridades.
Entre ellos, un maestro que había llegado desde temprano, mostró su frustración: «Yo por honor ando inscribiéndome de nuevo para que me paguen, pero miro que esto es difícil y yo estoy grave porque me fracturé mi brazo», declaró mientras aguardaba.
La escena afuera del Inprema se tornó cada vez más caótica, con maestros en sillas de ruedas, esperando una solución.
El cierre de los portones sin dar explicaciones ha generado un ambiente de incertidumbre, mientras los jubilados continúan demandando el pago de sus derechos adquiridos, sin obtener una respuesta concreta por parte del Inprema.