Por Juan Valladares
Todos los hondureños nacidos a la vida profesional en el acogedor ambiente del antiguo convento de La Merced, estamos en el deber de manifestar nuestra grande y profunda gratitud y nuestro carino entrañable a los ciudadanos ilustres que, hace ya un siglo, hicieron germinar en Honduras la cultura universitaria.
Penetrado de este deber ineludible, tan grato a mi corazón, como hijo de nuestra madre Universidad, y seguro de que el tema de los orígenes, creación e influencia de nuestra Magna Ca-sa, quedará agotado brillante y doctamente en los quince discursos que sin tema señalado anuncia el programa de los actos que se están desarrollando en conmemoración del primer centenario de su establecimiento solemne como entidad oficial, patentizaré mi reconocimiento y veneración a sus fundadores, refiriéndome a principal de ellos en este artículo, primicia de otro trabajo que estoy preparando en torno a la progenie del Presbítero Dr. José Trinidad Reyes, con el propósito de establecer las hondas y profusas raíces que tuvo en la hondureñidad este gran sacerdote y las ramas a las que el tronco secular de la familia Reyes sigue comunicando aquella savia prócera que ha dado lustre y nombre a las letras patrias.
El 21 de agosto de 1796, el Cura de la Real Villa de Tegucigalpa, Br. don Juan Francisco Márquez, impartía la bendición nupcial, desposando solemnemente a Felipe Santiago Reyes con María Francisca Sevilla, cuyo hijo primogénito fué nuestro Padre Reyes. En las diligencias matrimoniales fueron interrogados separadamente los testigos Pedro Benito Contreras, Juan Cubas y Florencio Carías, uno de los bisabuèlos paternos del General Carías Andino, declarando: «Que conocen de trato y comunicación a los interesados Phelipe Reyes y María Francisca Sevilla; que cada uno de éstos desciende, según los padres que se expresan, a quienes conocieron, a saber: Felipe hijo legítimo y de legitimo matrimonio de Pablo Reyes (difunto) y de María Concepción Turcios: María Francisca hija de Miguel María Sevilla y Cecilia Reyes, hija natural de José Reyes y de Manuela Vallecillo, a quienes no conocieron, pero que lo saben de público: por lo que resultan con el impedimento de tercero con segundo (grado) de consanguinidad: que la expresada María Francisca es hija de padres pobres: que Phelipe, sobre estar bien aderezado, tiene en corriente el oficio de Músico, con que competentemente se mantiene y podrá sostener las cargas del matrimonio, siendo igualmente en su abono su notoria hombría de bien». Esta declaración y el árbol genealógico formado por el Padre Márquez para solicitar la dispensa del impedimento de consanguinidad indicado, manifiestan que los contrayentes descendían ambos del matrimonio de Manuel Reyes con Manuela Vallecillo, siendo su nieto Felipe Santiago Reyes y bisnieta María Francisca Sevilla; por consiguiente, aquél era tío segundo de ésta, pues era primo hermano de Cecilia Reyes, madre de María Francisca.
Las causas alegadas por el pretendiente para obtener la dispensa del impedimento, fueron: «ser la expresada (María Francisca Sevilla) de veintitrés años en que va saliendo de la edad regular de poder contraer matrimonio; ser pobre; tener yo el oficio de Músico que he servido constantemente en esta Iglesia y con ello tener suficiente para mantener las obligaciones del estado». El Padre Cura agregó en su informe al Provisor de Comayagua que el padre de la novia tenía muchos ratos de solaz espirituoso.
Pablo Reyes, el abuelo paterno del Padre Reyes, fué hombre de clara inteligencia, que más de una vez ejerció la profesión de procurador, pues en su tiempo no los había letrados en el Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa; entre otros expedientes antiguos consultados por mí, lo he hallado como personero de los indios naturales de Suyapa en el pleito iniciado den 1743, que sustentaron contra don José de Zelaya y Midence. Casado con María Concepción Turcios, procreó a Ignacio, Pedro, José Ramón, Rita Quiteria y Felipe Santiago Reyes, el progenitor del Padre Reyes, nacido el 21 de mayo de 1768 y muerto el 3 de marzo de 1849. Falleció Pablo Reyes el 22 o 23 de febrero de 1782 y fué sepultado en la iglesia parroquial de Tegucigalpa; no se le administró otro sacramento «que la extrema unción por haber muerto insultado”.
De los hijos de Pablo Reyes, Rita Quiteria fué madre de Carlos Reyes, esposo de Francisca Cano, de quienes nació don Guadalupe Reyes; éste, a su vez, contrajo matrimonio con doña Gervasia Gómez, enlace del que nació el Lic. Ramón Reyes, humanista de gran talento que, no obstante su trágica y prematura muerte, ostentó el vigor y la lozanía de la vena literaria de los Reyes.
A quienes nos dedicamos con deleite a exhumar de los archivos noticias con «aromas antiguos» nos es muy familiar la letra del abuelo materno del Padre Reyes, Miguel Maria Sevilla, amanuense de varios Alcaldes y Escribanos de la Villa de Tegucigalpa. Fué hijo legítimo de Francisco Sevilla y de Antonia Micaela Girón y contrajo matrimonio con Maria Cecilia Reyes, nacida en el mineral de San José de los Cedros, hija natural de José Reyes y de doña Mariana Torres y Valle. Doña Mariana fué hija de doña Francisca Torres y Valle, vástago del matrimonio de don Sebastián de Torres con doña Josefa Valle, hermana ésta del Presbítero don José Díaz del Valle, que se dice edificó el extinguido templo de la Concepción de Tegucigalpa y quien tal vez fué hijo del primer matrimonio del Maestro de Campo don José Díaz del Valle, dos veces bisabuelo del sabio Valle. Sería muy revelador y apasionante llegar a establecer los nexos que, aun distantes, puedan existir entre el redactor del acta de independencia de Centro América y el fundador de la Universidad de Honduras: si los mármoles que nos han perpetuado su figura material provienen de una misma cantera ¿por qué no pueden haber tenido también un hilo de sangre común, sutil y divino movil que los impulsó a enaltecer y a prestar eminentes servicios a su Patria?
Miguel María Sevilla fallecio el 7 u 8 de septiembre de 1810, dejando dos hijas, Maria Francisca y Mariana. Esta última fué 1a madre de María Isidra Sevilla, esposa de don Blas Escobar, quienes procrearon al Lic, don Francisco Escobar, crisol de honradez y rectitud, y a los Presbiteros Samuel y Blas Escobar, de grata y ejemplar memoria.
María Concepción Turcios, esposa de Pablo Reyes, fué hija de PedroTurcios, a su vez hijo de Rafael Turcios. No he podido averiguar los nombres de las madres de estos tres.
Del matrimonio Reyes Sevilla, «cuya casa era una de las más religiosas» de Tegucigalpa, nacieron, además del Padre Reyes: Mariana, José Domingo, Juan, María de la Luz, Miguel, María Antonia y Gabriel Reyes. Mariana fué la primera esposa de don León Rosa, de quienes nació doña Isidora Rosa, madre del inmenso Ramón Rosa. José Domingo contrajo matrimonio con Tomasa Palacio y fueron los padres de la maestra Francisca Reyes. Gabriel fué esposo de Antonia Irías y padre natural de don Olegario Varela, el abuelo materno de Rafael Heliodoro Valle. Juan estudió en Guatemala y se inicio en la carrera eclesiástica hasta ordenarse de subdiácono.
En el siglo pasado, después del fallecimiento del Padre Reyes, hace hoy noventa y dos años justos, el árbol de la familia Reyes se ostentó esplendoroso con Ramón Rosa y Ramón Reyes; y en este siglo, después de haberse tronchado prematuramente aquellas ramas de savia vigorosa, el viejo tronco ha retoñado y sigue enhiesto y Heno de verdor y frescura con Rafael Heliodoro Valle y Marcos Carías Reyes.
Tegucigalpa, D. C., 20 de septiembre de 1947.
Nota de los editores: En esta genealogía se ha detectado una omisión importante. Rectificamos esta omisión para asegurar la precisión histórica y el debido reconocimiento a María Guadalupe Reyes, hermana del poeta Ramón Reyes y madre del escritor Marcos Carias Reyes. María Guadalupe Reyes fue una de las primeras mujeres en dedicarse a la literatura en nuestro país, sus escritos fueron publicados en distintas revistas de finales del siglo XIX e inicios del XX. Sobre su vida y legado, Maria Trinidad del Cid escribió su biografía, La vida ejemplar de doña María Guadalupe Reyes de Carias.