A esta hora, Alice tiene lista las maletas a Nueva York, su nuevo destino laboral en la ONU. Así lo comentó a manera de despedida de los lectores de esta sección, la primera que la abordó cuando llegó a Honduras en 2020. Con su inconfundible español con acento italiano, fue, durante su estadía, una voz cotidiana de foros sobre la convulsa política y otros temas del día a día de los hondureños. Nostálgica, recuerda que llegó justo a mitad del gobierno anterior y se marcha, casi, en el mismo término del actual. No esconde su frustración por dejar, en muchas cosas, el mismo país que encontró -o peor en otros aspectos-, particularmente, en la principal promesa que el gobierno de turno se autoimpuso: Traer la CICIH. “No voy a entrar en quién tiene la culpa porque el compromiso es de las dos partes”, aclara de manera lapidaria.
¿Qué diría de estos cuatro años en Honduras?
Primero, que se fueron demasiado rápido, no sé adónde se fueron.
¿Y usted a dónde va?
A Nueva York , a una agencia de mujeres en la ONU donde yo trabajaba antes.
¿Se tomará un receso?
Primero, voy a Italia, a Padua, y vuelvo el 25 a arreglar unas cosas en la oficina. Después, el 30 de septiembre me marcho, salimos definitivamente de Honduras con mis perros y mi esposo y todo.
¿Nostálgica?
Claro, esta fue mi casa por cuatro años, pero también por el cariño de la gente, la riqueza de este país está en su gente a pesar que muchos hondureños tengan que salir todos los días.
¿Qué eventos le impresionaron más durante su estadía?
Definitivamente, los daños de Eta y Iota y luego el fenómeno de los migrantes, desde un número pequeño que pasaba cuando vine a más de medio millón de personas en tránsito el año pasado.
¿Apesarada por metas no cumplidas?
Hay muchas tareas que hubiéramos querido lograr aquí en Honduras, pero estoy convencida que mis colegas, que ya están aquí, y todo el sistema de las Naciones Unidas, continuarán con este espíritu de acompañamiento con los objetivos del desarrollo sostenible 2030.
¿La CICIH está dentro de esas tareas no logradas?
Hubo otras cosas que no se lograron hacer, independiente de la CICIH, como toda la reforma penal de lucha contra la corrupción, la Ley de de Colaboración Eficaz, la Ley de Justicia Electoral, que es urgente para las elecciones del 2025, la ley sobre la violencia general contra niñas y la Ley de Educación Sexual, que se vetó.
Mucha gente creyó que usted dejaría instalada la CICIH, ¿podría dejar claro quién tiene la culpa del retraso?
Agradezco la confianza, pero siempre estuvo bien claro que es un proceso manejado desde la Secretaría General de la ONU, entonces, no puedo contestar, específicamente, porque hay un proceso liderado entre la Secretaría General de Naciones Unidas y el gobierno de Honduras. Yo sé que de parte de las Naciones Unidas el compromiso es muy fuerte, el mismo memorándum de entendimiento ha havanzado y ahora le toca a las partes finalizarlo.
¿En qué instancia queda este memorándum?
Hemos visto pasos importantes, estos procesos no se hacen de la noche a la mañana, tenemos confianza que hay un diálogo y mientras siga ese diálogo, hay esperanza. No voy a entrar en quién tiene la culpa porque el compromiso es de las dos partes.
Se está trabajando en el borrador, pero la lucha contra la corrupción de Naciones Unidas no solo gira alrededor de este tema, tenemos muchos programas en marcha independientemente de cualquier mecanismo.
¿Se puede decir que ya no viene la CICIH, como aseguran muchos líderes políticos?
El tema de la CICIH ha estado politizado y al final es un tema ténico para Naciones Unidas, en el sentido que hay una serie de pasos por cumplir. Yo digo que dejemos que los políticos sigan con su politización, no lo podemos controlar, lo que siempre llamamos es a la prudencia y que no se abuse del tema de la CICIH para hacer división.
¿Qué diferencias hay entre el país que deja al país al que halló?
En lo positivo, era un país lindo cuando vine por su gente y sigue más lindo ahora que salgo, la gente te abraza cuando llegas y te abraza cuando te vas, eso me hace llorar. Por lo demás, veo un país que sigue en multicrisis por varios factores, es uno de los países impactado por el cambio climático, donde la corrupción sigue en todos los niveles, donde se ha institucionalizado la narcopolítica y el crimen organizado, donde parte del territorio es controlado por las maras y pandillas y mucha conflicitivadad para defensores de derechos humanos.
¿Qué otros desafíos quedan pendientes?
Quiero decir que en estos cuatro años no hemos podido lograr un acuerdo con el gobierno alrededor de una estrategia específica sobre La Mosquitia, hay intervenciones, pero sigue siendo olvidida por el gobierno. Hay muchos desafíos porque la deuda de estos países es de muchos años y no se van a solucionar en cuatro años, sobre todo, en un país donde la mitad de la población vive en pobreza y con grandes desigualdades, eso necesita una visión a medio y largo plazo.
¿Qué logros resaltaría?
Primero, celebramos las elecciones participativas y pacíficas del 2021 y la elección, por primera vez, de una mujer presidenta. Reconocemos que la agenda de la presidenta Xiomara Castro está alineada a la agenda de Naciones Unidas y que exista una Secretaría de Mujer y de la Niñez. Vemos un cambio de narrativa sobre ciertos temas, se han logrado avances de derechos humanos, el trabajo con los migrantes y hay aperturas que antes no teníamos.
¿Cuáles son sus expectativas de las próximas elecciones?
Esperamos que, independientemente quien gane, tenga una visión a largo plazo y un compromiso alrededor de la agenda 2030. Es necesario fortalecer el servicio civil con instituciones sólidas y funcionarios que sobrevivan a cualquier gobierno y no se cambien cada cuatro años.
¿Podemos conocer el nombre de su sucesor?
No se puede saber, todavía.
¿Ya tiene el boleto del avión?
Sí, ya hice la mudanza de la casa, estamos listos.
¿Qué va a extrañar de Honduras en particular?
Como decía antes, la gente, porque aun enmedio de los daños de Eta y Iota, del desplazamiento interno, de la corrupción, de vivir en barrios controlados por maras, mantiene la sonrisa, intenta hacer un cambio y mantiene la esperanza de que este país sea mejor.
ELLA ES…
Hija de un estadounidense y una italiana, Alice H. Shackelford nació en la ciudad Padua, Italia, a unas cuantas cuadras de la basílica donde se encuentran los restos de San Antonio de Padua, uno de los santos más venerados del catolicismo. Tiene un doctorado en Derecho Internacional y mucha experiencia en el manejo de los programas de protección de las mujeres y niños dentro del sistema de las Naciones Unidas. Inició su período en Honduras en julio del 2020 y concluye el 30 de septiembre del 2024. Se ha desempeñado en misiones similares en Costa Rica, Cuba, Colombia, Malawi, Pakistán, India, Europa Central y la antigua Yugoslavia.
