Una joven fue ultimada con extrema saña de múltiples heridas de bala, frente a su hijo pequeño, cuando regresaban de pasear, en un sector del barrio San José, en el municipio de Guaimaca, extremo norte de Francisco Morazán.
La víctima, Nelly Maryely Banegas Turcios (31), residía en España, pero tenía escasos días de haber llegado a Honduras, con el objetivo de presenciar la participación de su retoño en el reciente desfile patrio 2024.
Banegas Turcios se transportaban a bordo de una motocicleta, la tarde noche del jueves, bajo una pertinaz lluvia en compañía de su pequeño cuando fue interceptada por un hombre fuertemente armados.
El desalmado bajó de la moto a madre e hijo, a ella la colocaron contra el suelo y le descargó el arma de fuego en repetidas ocasiones, como si quisiera estar seguro de una muerte inmediata, mientras que al pequeño le respetó la vida.
Se descarta una muerte por móvil de asalto considerando que en el lugar de los hechos quedó la motocicleta y pertenencias de la joven migrante. Luego del crimen pobladores se acercaron para llevar al pequeño a un lugar seguro, pero el menor repetía que quería estar con su mami, aparentemente sin comprender que ella estaba muerta.
El hecho sangriento ocurrió en la pendiente que da acceso al cementerio nuevo de Guaimaca, cuando la joven se trasladaba hacia su casa en el barrio San Juan, el seno de la familia Banegas Turcios, ampliamente conocida en la zona.
El cadáver fue trasladado a la morgue de Tegucigalpa para la autopsia correspondiente en un intento de encontrar elementos que permitan identificar al homicida.
OLA DE VIOLENCIA
Guaimaca está sumida en una ola de violencia con crímenes abominables, por lo que sus pobladores clamaron por una intervención efectiva de parte de la Policía Nacional.
Hasta la primera quincena de septiembre Honduras registró 174 casos de muertes violentas en mujeres, condenable cifra que coloca al país con la mayor tasa de femicidios en América Latina, lamentó Migdonia Ayestas, coordinadora del Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
De estas muertes, más del 95 por ciento permanecen impunes, lo que resalta la urgencia de implementar políticas efectivas de prevención y justicia, urgió Ayestas.
Pese a una leve disminución en comparación con el año anterior, la alarmante cifra evidencia la grave crisis de violencia de género que azota a la nación.
Una de las estrategias sugeridas para enfrentar estas muertes, es que las autoridades hondureñas adopten medidas más efectivas y con un enfoque de género para abordar la problemática, según la organización.
“La implementación de políticas públicas que prioricen la protección de las mujeres y la justicia para las víctimas es fundamental, para romper el ciclo de violencia”.
De acuerdo con analistas en el tema, las estadísticas destacan un problema social profundamente enraizado en la cultura patriarcal del país, que cada día se agrava.
“Es terrible porque no solo tenemos que hablar de cifras, sino también de vidas de familias que están desconsoladas y que no hay acceso a la justicia”, expresó Ana Cruz, directora de la Asociación Calidad de Vida. (JGZ)