El gobierno de la república, ante la ola de críticas y reclamos que recibe a diario no sólo de los partidos políticos en oposición, sino, además, de un conglomerado nacional harto que repudia su pésima y arbitraria forma de gobernar, esgrime descabellados argumentos de “defensa”, como esa cantaleta, al manifestar que se les quiere infringir un golpe de Estado. Que yo sepa, el requisito sine que non, para que se dé tal acción es contar con el decidido apoyo de las fuerzas militares y policiales. Y éstas, por el momento, aparecen “controladas” precisamente por este gobierno. Al menos, este control se observa a nivel de la junta de comandantes. Y faltará saber si también tiene impacto en los mandos intermedios y en el resto de los grados inferiores.
De tal suerte, que, a simple vista no imagino a la oposición derrocando al gobierno con marchas, cánticos, pancartas, pintura, hondas y piedras. O al menos claro está, que aparezcan los héroes de Marvel: El capitán América, Thor, Iron Man, y el resto de guardianes de la galaxia. Por otro lado, no menos importante, es decir que el ambiente enrarecido, tóxico, de repudio y rechazo casi generalizado que se dio contra la anterior administración nacionalista, y, sobre todo, contra su presidente, es idéntico a los aires que se respiran en la actualidad. En aquél momento, los hondureños de todos los partidos políticos, no solo los de este gobierno como manifiestan los ilusos, salieron a votar en masa con la consigna de vencer a su gran “enemigo” político, algo así, como una especie de Leviatán, que como sabemos representa el caos y el mal antes de la creación del mundo.
Y como la historia se repite ahora mismo, se saldrá a votar en masa para derrocar este gobierno, que encima llevan una candidata impuesta que no cuaja ni con sus mismas bases. Por eso, al gobierno, si pretende continuar en el poder, solo le queda dar un autogolpe, disolver el Legislativo y convocar a una Constituyente, o fraguar un gigantesco fraude electoral. Por esa razón, los partidos de oposición tienen un reto histórico para consensuar alianzas si fuese necesario, que les lleve a cuidarse sus espaldas. Empezando por no dejarse sorprender en el control y manipulación de los órganos electorales.
¡Ojo! Con los traslados de domicilio; con la entrega del DNI a los nuevos votantes; con la presencia y fidelidad de sus participantes en las mesas receptoras electorales; con la supervisión del conteo de los votos; el transporte de los votos a los centros de cómputo; Mucho cuidado con las computadoras y la conocida historia de los apagones y la espera del voto rural. Y no menos importante será la veeduría de organismos como el CNA, ASJ y el COHEP, más la representación diplomática acreditada en el país; y ojalá se inviten observadores de la ONU, la OEA, la UE, Centro Carter, etc. Soñamos una fiesta cívica en paz, con transparencia y verdadera democracia. Y que el ganador no sea más de lo mismo.
J.J. Pérez López.
Barrio El Manchén.
Tegucigalpa, M.D.C.